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El Gobierno francés considera "horrible" la detención de Polanski

El Gobierno francés consideró que la detención en Suiza del cineasta franco-polaco Roman Polanski es "absolutamente horrible", según la expresión del ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand. Sarkozy sigue de cerca el curso de los acontecimientos.

Las razones de la detención de Polanski residen, según opinó Mitterrand, "en una historia antigua que verdaderamente no tiene sentido".

El ministro recordó que Polanski es "un ciudadano francés" y un "cineasta de dimensión internacional" y agregó que "del mismo modo que hay una América generosa a la que amamos, hay una cierta América que da miedo, y es esa América la que acaba de presentarnos su rostro".

Mitterrand aseguró que el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, sigue de manera "muy atenta" lo que sucede con Polanski y que tiene la impresión de que el jefe del Estado "siente lo mismo que yo y que todos los franceses".

Antes de Mitterrand, fue el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, quien se manifestó sobre la cuestión, al revelar que intervino ante la consejera federal suiza de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, para pedir que se garantice el respeto de los derechos de Polanski.

El ministerio de Exteriores galo publicó una nota en la que señaló que Kouchner habló con Calmy-Rey para expresarle "el deseo de las autoridades francesas de que los derechos del señor Polanski sean plenamente respetados y que este asunto encuentre rápidamente una salida favorable".

El director de cine fue detenido en Zúrich, adonde llegó para recibir un premio del Festival de Cine de esa ciudad, debido a un caso pendiente en Estados Unidos desde hace 30 años.

El caso se remonta a 1977, cuando los padres de una adolescente de 13 años interpusieron una querella contra Polanski, acusado de drogar y violar a la joven, que era modelo.

El cineasta se declaró culpable de "relaciones sexuales ilegales", por lo que fue enviado a prisión en "evaluación" durante tres meses, aunque sólo pasó 47 días.

A finales de 1978, al día siguiente de una reunión entre sus abogados y un juez que había dejado entender que quería volver enviarlo a la cárcel, Polanski, en libertad bajo fianza, tomó un avión hacia Europa.

El director de cine, que tiene nacionalidad francesa, no puede ser extraditado desde Francia porque este país no tiene la obligación de extraditar a sus propios ciudadanos. Paralelamente los cargos de los que acusan los tribunales de Estados Unidos a Polanski no son extraditables, según la legislación francesa.

Polaski desde 1978 ha evitado visitas a países que podrían extraditarlo y trabaja y vive principalmente en Francia, Polonia, Alemania y la República Checa.

El Tribunal Superior de Los Ángeles desestimó el pasado mayo, de manera definitiva, la petición de los abogados de Polanski para sobreseer los cargos por abuso sexual.

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