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Jacuzzi al pasado: Nostalgia por los ochenta y lujuria desatada

Jacuzzi al pasado desprende aroma a “película de tíos” por sus cuatro costados. Cuatro amigos cuarentones en completa decadencia deciden rememorar antiguas juergas. Por obra y gracia de un jacuzzi tuneado acaban en 1986, justo antes de la noche que puede enmendar todos sus errores…o no.

Jacuzzi al pasado desprende aroma a “película de tíos” por sus cuatro costados. Cuatro amigos cuarentones en completa decadencia deciden rememorar antiguas juergas. Por obra y gracia de un jacuzzi tuneado acaban en 1986, justo antes de la noche que puede enmendar todos sus errores…o no.

Jacuzzi al pasado es un film verdaderamente difícil de defender desde un punto de vista técnico o puramente cinematográfico. Su narrativa es caótica, desorganizada y confusa; su argumento premeditadamente absurdo y su estética es fea y cutre. Ni siquiera aporta un revulsivo al sobadísimo género de la comedia adolescente, ni se apunta a la nueva (y ya decadente) ola de risas generada por Judd Apatow, en la que adultos inmaduros se comportan como idiotas.

Jacuzzi al pasado funciona, de todas formas, como una mezcla de ambas tendencias. Los protagonistas cuarentones se convierten de nuevo en adolescentes, dando permiso al film para tomarse todas las licencias de la comedia universitaria a la vez que se recurre a la ironía y empatía de las mencionadas comedias de Apatow, como Lío embarazoso o Virgen a los 40. No obstante, el film protagonizado por John Cusack, que precisamente empezó su carrera en ese género, no acaba de tomar ninguna de esas vías y prefiere hibridar ambas sin mucha decisión, tirando de nostalgia paródica, de referencia pop y de encefalograma plano puro y duro.

Pero reconozcamos a la propuesta su ironía y su autoconsciencia paródica, su sentido del gamberrismo y su valor nostálgico, al menos para cierto sector del público. En Jacuzzi al pasado se suceden las bromas pesadas, los desnudos femeninos gratuitos y las referencias musicales y cinematográficas a la velocidad del trueno. Presten atención a los pósters de la habitación del villano, o a la presencia en el reparto de Crispin Glover (Regreso al futuro) y el cómico Chevy Chase, por no hablar de los números musicales que recorren el film (y el sorprendente uso que se hace de una canción de Enrique Iglesias).

En definitiva, Jacuzzi al pasado es un film ciertamente poco recomendable para paladares exquisitos. Pero lo cierto es que, con semejante título, el film no da sopas con ondas, y desde luego no engaña a nadie. Quizá sea porque el despiporre de humor grueso tiene más valor del que presuponemos.

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