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Kate Winslet compara las escenas de sexo con las turbulencias de un avión

La reciente ganadora de un oscar a la mejor actriz, Kate Winslet, habla en una entrevista de su última película y también de cómo afronta las escenas de sexo. En su opinión, “es como un vuelo” y trata de estar tranquila como las azafatas cuando “atraviesan turbulencias”.

La reciente ganadora de un oscar a la mejor actriz, Kate Winslet, habla en una entrevista de su última película y también de cómo afronta las escenas de sexo. En su opinión, “es como un vuelo” y trata de estar tranquila como las azafatas cuando “atraviesan turbulencias”.

L D (EFE) En sendas entrevistas a las ediciones alemanas de Life&Style y Brigitte, la actriz, que acaba de ganar un Oscar por su papel en "The Reader" (El lector) reconoce que no tiene ningún pudor en la gran pantalla: "No hay nada de sexo real, lo más importante es que tiene que parecer auténtico, me obsesiona el perfeccionismo".

En la película, dirigida por Stephen Daldry, Winslet, de 33 años, interpreta a Hanna Schmitz, una celadora de un campo de concentración nazi que mantiene relaciones sexuales con un joven, al que da vida el actor David Kross, de 18 años.

La intérprete compara rodar escenas de cama con subirse a un avión, al asegurar que "es como un vuelo". "Cuando las turbulencias se vuelven más intensas, mientras que la tripulación no entre en pánico, todo va bien", añade.

Cuando hizo su primera escena íntima, con sólo 18 años, apenas pudo dormir durante semanas. Ahora confiesa que con los años le importa cada vez menos lo que puedan decir de ella.

Madre de dos niños, Winslet señala que no hay nada más impresionante que dar a luz a un bebé -"que sale del interior de una"- y, que después de eso, "se pierden todos los pudores".

La actriz, que ya optó al Oscar por películas como "Sense and Sensibility" (1995) (Sentido y sensibilidad), y "Titanic" (1997), ha tenido que esperar hasta este año para hacerse con la estatuilla dorada con su sexta candidatura por "The Reader", basada en una novela del alemán Bernhard Schlink.

Al conseguir el Oscar, se ha convertido en una de las pocas actrices en lograr los cuatro galardones más importantes por la interpretación, al contar ya con dos Globos de Oro, dos Premios BAFTA y dos Premios del Sindicato de Actores.

Winsley apunta que no le resultó sencillo meterse en la piel de la celadora Hanna Schmizt y destaca, además, lo duro que fue el rodaje de la cinta en Görlitz (al este de Alemania, en la frontera con Polonia).

"Allí estaba, sola en un pequeño apartamento. Mis hijos no estaban conmigo. No sabía qué hacer. Hice punto, fumé, grité, hice punto una y otra vez, y de pronto caí en la cuenta de que había ocurrido, ¡había conseguido interpretar a Hanna!", añade Winslet.

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