"No voy a poner límites a las aspiraciones del pueblo de Cataluña", fue una de las frases que pronunció anoche el líder de Convergencia para zafarse de la pregunta directa sobre la opinión de su coalición respecto a un posible referéndum de independencia, principal objetivo de ERC para la próxima legislatura.
El futuro presidente de la comunidad autónoma catalana si los resultados de las encuestas se confirman en las urnas, insistió en que Cataluña es "una nación" y, por tanto, "tiene derecho a la independencia", si bien reconoció que hoy por hoy "ese no es el sentimiento mayoritario de la población catalana".
Aún dolido por la sentencia del Tribunal Constitucional, que María Antonia Iglesias, felizmente recuperada de sus dolencias, calificó de canallada, Mas dio a conocer una tesis novedosa sobre derecho político, según la cual la legalidad y la democracia "son dos cosas muy distintas". Y es que, en consonancia con la retórica utilizada por el tripartito, lo aprobado en referéndum por los ciudadanos catalanes como expresión democrática debe estar por encima del orden constitucional y la legalidad vigente, según D. Artur. En todo caso, si hay que cambiar algo debería ser las leyes "e incluso la Constitución, aunque ya se encargaron sus redactores de hacer su reforma muy difícil".
Mas blasonó del sentido de estado que siempre ha mostrado CIU, "incluso en los momentos más difíciles de los últimos treinta años", si bien admitió sin el menor pudor que las etapas en que los distintos gobiernos de España han tenido problemas para constituir mayorías es cuando "mejor nos ha ido a los catalanes". Fue en respuesta a la afirmación de María Antonia Iglesias, presente en la entrevista a tres bandas junto a Alfonso Rojo y Pilar Rahola, que haciendo gala de su elegancia proverbial sugirió al entrevistado que su partido tradicionalmente siempre ha jugado a ser "la puta y la Ramoneta."
Respecto a su visita a un notario en las anteriores elecciones regionales para elevar a pública su decisión de no pactar con el PP, Mas aclaró que el episodio se llevó a cabo con efectos únicamente para la presente legislatura, que finaliza el próximo 28 de noviembre. "Quizás nos equivocamos en eso", admitió el dirigente catalán, quien a continuación eludió pronunciarse sobre la posibilidad de que acabe pactando con el PP para alcanzar la presidencia de la Generalidad.
Sobre las multas lingüísticas a los comercios por no rotular en catalán, Artur Mas se defendió con el argumento de que es una ley aprobada por el parlamento catalán en los años 90 que, como toda ley, "prevé sanciones en caso de incumplimiento". "No obstante", añadió, "El Corte Inglés en Cataluña se sigue llamando El Corte Inglés". Las más de tres mil multas que lleva impuestas la Generalidad en lo que va de año, al parecer, carecen de importancia para el partido que recoge el voto mayoritario precisamente de los pequeños y medianos empresarios que mantienen sus negocios en aquella Comunidad Autónoma.
Gran aficionado al mar, Artur Mas ilustró a la audiencia del programa con la acepción que la palabra "Zapatero" tiene en lenguaje naval. Según el diccionario marítimo español, un Zapatero "es alguien que ha realizado mal una maniobra con el barco, o no sabe cómo se lleva a cabo".
Mas fue despedido del plató entre aplausos del respetable mientras las imágenes de promoción de la cadena nos anuncian la identidad del siguiente invitado. La próxima semana, en el plató de La Noria, uno de los foros de debate de mayor altura intelectual del panorama mediático, estará nada más y nada menos que Trinidad Jiménez, "Trini" para sus votantes. Después de la presencia de Tomás Gómez hace unas semanas es lo menos que se podía esperar de Telecinco.