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'Un ciudadano ejemplar': Gerard Butler es la Justicia

El torrente de violencia y destrucción que va a provocar supera todas las expectativas.

El torrente de violencia y destrucción que va a provocar supera todas las expectativas.

F. Gary Gray, director de Un ciudadano ejemplar, es uno de esos artesanos que, en la sombra, son capaces de facturar una película decente tras otra. En concreto, cada una de sus incursiones en el thriller (Negociador, The italian job) destilan buen hacer y oficio a raudales, y la película protagonizada por Gerard Butler y Jamie Foxx no es una excepción.

Si por algo sorprende Un ciudadano ejemplar es por la muy hábil vuelta a la tortilla que se da poco a poco a lo largo de su metraje. El film trastoca las expectativas del público más ávido de acción y logra que la venganza de Clyde Shelton (Gerard Butler) ponga en el tapete la línea que separa el castigo de la Justicia, además de las instituciones de Justicia estadounidenses y el mal uso de la ley. Todo ello sin dejar nunca de satisfacer las expectativas del que vaya a buscar la consabida orgía de venganza y castigo. Es más, el film de F. Gary Gray destaca por cumplir en este sentido especialmente bien, y por pasarse de la raya con la violencia en sucesivas ocasiones (ver la escena del brutal apuñalamiento en la celda, capaz de revolver en la butaca al más pintado), ofreciendo al público escenas diseñadas con buen pulso y afán de sorpresa.

El retorcido guión de Kurt Wimmer reparte, en definitiva, pescozones para ambos lados de la ley. Y lo hace disimulando muy bien su inverosimilitud, con fuegos de artificio como mandan los cánones y dosis de oscuridad y crueldad inesperadas. Complementa, además, el puro espectáculo de acción con toques abundantes de violencia, que acercan a Un ciudadano ejemplar al artificio de la serie Saw o, si me apuran, el Seven de David Fincher, en cuanto a los métodos retorcidos de Shelton para acabar con sus víctimas.

Mientras, Gerard Butler destila simpatía y su sentido del humor habitual incluso cuando su personaje cae en la más absoluta de villanías, mientras que el habitualmente agrio Jamie Foxx sigue la evolución contraria. Pero incluso esto también juega a favor de la cinta, un thriller de acción absolutamente recomendable que no pasará a la historia, pero que resulta extremadamente interesante. Eso sí, no apto para guardianes de la moral.

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