El programa Gran Hermano fue vendido en su día como un experimento sociológico de primer orden, para acabar desembocando en un concurso en el que el ganador no es el concursante que más dotes intelectuales exhibe sino, como es bien sabido, el que demuestra más pericia en otras actividades "sociológicas".
Los seguidores del programa podían participar hasta ahora votando para expulsar al personaje más patético de la casa o comentando la jugada en el chat semanal. A partir de esta próxima temporada podrán también decidir cómo quieren que vista la sacerdotisa del experimento, una Mercedes Milá que a pesar de su edad provecta no ha mostrado tradicionalmente demasiados reparos en tocarse con todo tipo de prendas y artefactos de lo más bizarro.
El único requisito para poder participar es cursar estudios en alguna escuela de diseño de moda "homologada" y registrarse en la web de la cadena, donde los aspirantes deberán cumplimentar un formulario y adjuntar un boceto con su propuesta antes del 24 de septiembre, fecha límite para inscribirse, según ha anunciado la emisora en un comunicado
La estilista de la Milá y la propia Mercedes decidirán qué diseño ha sido el ganador cada semana y enviarán al ganador nada menos que las medidas de la famosa presentadora, suponemos que con el compromiso de confidencialidad que debe exigirse tratándose de una mujer con una amplia trayectoria en la televisión que dificilmente podría pasar en estos momentos por modelo de pasarela.