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FRENTE A UN CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL

ETA asesina a una niña de seis años y a un viandante con un coche bomba en Santa Pola

No ha sido un atentado contra intereses turísticos sino que ETA buscaba una matanza. Por este motivo no avisó de la colocación del coche bomba, que además situó junto a un cuartel de la Guardia Civil y una parada de autobuses que a esa hora, las 20:30 de este domingo, estaba muy concurrida. Una niña de seis años, hija de un guardia civil, y un hombre de 57, han muerto. Otras cuarenta personas han resultado heridas.

L D (EFE) El vehículo, cargado con cerca de 50 kilos de dinamita titadine , fue aparcado en el lugar poco tiempo antes de que estallara. No se registró llamada alguna alertando del inminente atentado ni tampoco se produjo una segunda explosión del coche en el que los terroristas pudieron abandonar el lugar de los hechos. Una forma de actuar muy diferente a la empleada hasta ahora por los terroristas que hace sospechar al Ministerio del Interior de que la banda etarra ha logrado reestructurar al menos un nuevo comando para cometer atentados durante este verano.

La explosión se produjo en la calle Azorín frente al cuartel de la Guardia Civil, cuya fachada quedó destrozada, y cerca de una parada de autobús, donde se encontraban esperando numerosas personas ya que se trata de una línea muy utilizada por turistas y veraneantes. La niña asesinada se encontraba jugando en un dormitorio del cuartel acompañada de su madre y de una tía y fue trasladada al Hospital General de Elche, donde ingresó cadáver. El hombre fallecido ha sido identificado como Cecilio Gallego Alaminos, de 57 años, natural de Ciudad Real aunque estaba residiendo en Torrevieja (Alicante). Era una de las numerosas personas que se encontraban en la parada del autobús frente a la cual estalló la bomba. Falleció en el acto.

El ministro del Interior, Ángel Acebes, que se trasladó al lugar del atentado nada más conocerse la noticia, explicó que la zona de viviendas del cuartel ha sufrido daños muy importantes y se mostró convencido de que la intención de ETA fue colocar el coche “donde más daño podía hacer, junto a las viviendas”, destrozando todo el ala del edificio.

El Hospital de Elche, el más cercano a Santa Pola, atendió a cerca de treinta personas, en su mayoría guardias civiles y familiares de estos, mientras que el centro de salud de Santa Pola atendió a otras diez, según el alcalde de Santa Pola, Francisco Conejero. Decenas de edificios situados cerca del cuartel resultaron dañados por la onda expansiva de la explosión y se han tenido que desalojar de sus casas a unos 125 vecinos. La explosión provocó una densa columna de humo, visible a varios kilómetros de distancia, el estallido de cristales de numerosas ventanas y la caída de tabiques de los inmuebles cercanos. La zona fue acordonada por las Fuerzas de Seguridad en un perímetro cercano a los 200 metros ante la amenaza de que explotara un segundo coche bomba.

Según fuentes de Iberdrola, la onda expansiva causó pequeños desperfectos en el centro de transformación de la zona, ubicado en la planta baja de un edificio cercano al cuartel, lo que provocó que el suministro eléctrico se interrumpiera durante un corto espacio de tiempo en varios inmuebles.

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