Esperanza Aguirre se fue a pasar unos días a Ibiza con unas amigas tras anunciar su dimisión. Desde allí aseguró a ABC que "la política es muy dura, sobre todo para la familia y los amigos, porque los políticos ya sabemos que estamos sometidos a la crítica continua".
De hecho, su familia ha sido uno de los motivos que esgrimió la popular madrileña para dejar la presidencia de la región. Ahora quiere pasar más tiempo con su marido, sus hijos y sus nietos, que durante estos años han tenido que aceptar de mejor o peor manera la intensa agenda de Esperanza Aguirre. Así, su hijo Fernando asegura que "mi padre llevó bastante mal la intensa agenda de mi madre cuando fue creciendo su actividad política. Después se fue acostumbrando".
También ha hablado de la intensa vida política de Aguirre su otro hijo, Álvaro: "hasta que mi madre llegó al Ministerio éramos una familia normal. A partir de ahí, fue un horror. Pensamos que sería algo pasajero". Sin embargo, Aguirre lo veía así: "cuando empecé a dedicarme de lleno a la política, Fernando lo llevó con altibajos, y a veces mal. Pero las crisis, con pico y pala se superan".
Ahora Aguirre empieza una nueva vida y lo tiene muy claro: "nunca he tenido tiempo para cuidarme y lo voy a hacer ahora".