Mariano Rajoy metió el miedo en el cuerpo ante otra Galicia que no sea la gobernada por el Partido Popular. “Es un valor seguro, no se pueden repetir viejos errores. Galicia no puede tener un partido distinto en cada consejería. No es una tarta que se reparte entre cuatro o cinco comensales”, proclamó ante un abarrotado coso taurino que aplaudió a rabiar cuando de lo que se hablaba era de la unidad de España y de cómo un Gobierno azul ahuyentará posibles quimeras secesionistas como las que se viven en Cataluña o País Vasco.
En una plaza de toros que sí consiguió llenar frente al pinchazo del PSOE en la víspera, el PP se presentó como única formación que puede defender una Galicia que busca sus propios intereses, pero siempre dentro de España. Sin romper el marco constitucional. En voz del presidente del Gobierno, “votar a Feijóo es votar por la unidad de todos los españoles”.
Es una de las ideas capitales que Feijóo quiere transmitir en cada uno de los 500 actos programados en estos quince días para pedir el voto. Ya antes de subir los protagonistas al atril, el vídeo de Nuevas Generaciones que ha popularizado Libertad Digital advierte del camarote de los hermanos Marx que supondría un Gobierno en mano de socialistas, nacionalistas y comunistas. “Nosotros aspiramos a gobernar en coalición con los gallegos, sólo nos vamos a coaligar con los gallegos”, reiteró Rajoy, que tras días muy duros -con reuniones clave, por ejemplo la de Malta solo horas antes- se le vio relajado, saludando sin bullas y sin corbata.
En el PP admiten que fue un chute de energía en un momento muy delicado para el Gobierno, y especialmente para el presidente. “Son momentos difíciles, tenemos que gobernar sean cuales sean las circunstancias. Yo he tenido que tomar decisiones muy difíciles, muy duras y nada agradables, pero si las he tomado es porque creo que es lo que necesitan España y Galicia”, se justificó Rajoy. Sobre la crisis, aún añadió: “Si podemos lo resolvemos y, si no, por lo menos lo explicamos y no hacemos lo que han hecho otros”.
Rajoy: Galicia no ha pedido el 'rescate'
La gestión económica de la Xunta se convirtió en la segunda pata del discurso tanto del presidente como del candidato; la comunidad autónoma con la cifra de déficit público más baja y que tiene al día las facturas a proveedores. El asunto sanitario es especialmente delicado, con una sociedad muy envejecida: no sólo no se han cerrado hospitales sino que se han abierto y no hay retrasos en el pago de fármacos, se recordó. “Han hecho sus deberes y en un momento en el que no hay dinero, han sabido priorizar las políticas”, resumió Rajoy
Sacó pecho de que es una de las pocas regiones que aún no se ha acogido al rescate del Estado: “No ha tenido que endeudarse, ni pedir créditos, ni préstamos”, destacó, lo que a su juicio es “tomar decisiones y encontrar soluciones” en un contexto de grave recesión económica.
Destacada presencia en la campaña
El presidente, que se la vuelve a jugar en Galicia como en 2009 -cuando la victoria de Feijóo supuso su asentamiento real como líder del PP-, definió la plaza de toros de Pontevedra como “un talismán para todos nosotros”. Hoy como entonces, volverá a volcarse en la campaña; regresará el próximo fin de semana para hacer una caravana paralela por pueblos y estará en el cierre, después de pelear en Bruselas por la unión bancaria y fiscal.
“Voy a seguir diciendo la verdad a todos, es un momento difícil. Pero el PP está siempre para los momentos difíciles y asumimos el reto. Alberto ha dado la talla y el Gobierno necesita trabajar conjuntamente con todas las comunidades. Las necesita, es una cuestión de todos, pero cuanto mejor lo haga, mejor para Galicia y para España”, aseveró el presidente. Y aún remató: “Galicia no necesita otra cosa como la que vivimos entre 2005 y 2009. No estamos para bromas”.