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El Gobierno retrasa otros ocho meses la eliminación de duplicidades

El Ejecutivo se pone una fecha límite: junio de 2013. Y un reto: acabar con un modelo "inviable". Pedirá a las CCAA que cierren todas sus embajadas.

El Gobierno justifica los plazos para la reforma de la administración en todas sus capas -central, autonómica y local-. El informe estará listo para junio de 2013, después de que el Consejo de Ministros aprobara este viernes la confección de una mesa de trabajo, con cuatro subcomisiones a tal efecto. Explica que no ha podido ser antes porque primero, en los diez meses de gestión, ha tenido que poner en orden una casa patas arriba: reducir un 25% los altos cargos, eliminar empresas públicas, reducir los consejeros de las que siguen vigentes, vender o alquilar inmuebles. Y que ahora toca el resto, un esfuerzo "titánico" y que contará con las reticencias de comunidades y ayuntamientos.

Se realizará una "auditoría de abajo a arriba" al amparo del acuerdo de mínimos alcanzado en la reciente Conferencia de Presidentes. El Ejecutivo le da máxima prioridad, hasta el punto de que espera convertir el adelgazamiento del Estado en uno de los hitos del Ejecutivo. En palabras de un asesor, "dar fe a los españoles de que no solo ellos hacen sacrificios. Que la administración es la primera y no puede mirar para otro lado".

Clave en el arranque de la Comisión anti-duplicidades ha sido la vicepresidenta, muy implicada desde el principio. En la rueda de prensa en la que se anunció la última subida de impuestos, muy emocionada por la dureza de los recortes, proclamó que no ahorraría esfuerzos para conseguirlo. La primera piedra ya está puesta: "Es clave reformar el conjunto de las administraciones. El sistema, tal y como lo tenemos, no es sostenible", admitió, dejando claro el dramático punto de partida.

Soraya Sáenz de Santamaría llamó a "redimensionar" la estructura estatal y a que todos se impliquen. Se le preguntó expresamente si el Ejecutivo tiene la certeza de que Cataluña o País Vasco arrimarán el hombro: "Todos haremos el ejercicio de transparencia de decir lo que hay, el Estado también. Aquí no nos libramos", arguyó, en el sentido de que si no colaboran quedarán en evidencia ante una ciudadanía que sufre ajustes y ve menguados sus servicios.

En privado, se es consciente de que se pondrán trabas y se intentará boicotear el trabajo. Pero se recuerda: el dinero del Estado solo puede ir destinado a pagar a proveedores y facturas pendientes, por lo que "sí o sí" tendrán que adelgazar.

Fin de las "embajadas" catalanas y vascas

En este sentido, el Gobierno espera que en el papel de primavera del año próximo vaya un compromiso de eliminación de las mal denominadas embajadas que todavía mantienen varias regiones del país por el mundo. "Indudablemente, se abordará", adelantó la portavoz. Aún más, Moncloa quiere hacerlas desaparecer: "Los ciudadanos tienen que conocer el gasto de los recursos de determinadas embajadas. A dónde va su dinero y con qué fines", añadió.

El trabajo que se plantea, independientemente de si llega tarde, es ingente. Todos los ministerios se verán implicados, todos los departamentos del resto de entidades públicas. Y encima de la mesa habrá una máxima clara: "Meter la tijera". Y para incentivar, el Ejecutivo destaca que "hay unos planes de ajuste que hay que cumplirse" y que el proyecto en curso "es un nuevo elemento de liquidez".

Detrás está el objetivo de déficit público, pero principalmente conseguir una administración que sirva a los españoles, y no que les ponga trabas con papeleo que no sirve para nada. El vigilante de que la comisión no quede en agua de borrajas será Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, que en privado llaman el "terror" de las comunidades. Eliminar y suprimir lo que no sirve, y articular mejor la respuesta al ciudadano: "Tenemos que hacer procedimientos mucho más ágiles y rápidos. Para una misma actividad, varias administraciones intervienen", que quejó Sáenz de Santamaría. También "menos leyes pero bien articuladas. Procedimientos mucho más ágiles y rápidos".

La teoría está clara en el palacio de la Moncloa, y ahora toca ejecutarla. "Es un trabajo de bolillos que no se ha hecho nunca. Es ineludible e irretrasable", zanjó la vicepresidenta. Más cuando los datos de la EPA siguen siendo negativos y existen casos de desesperación social consecuencia de del impago a los bancos. El PSOE le respalda en privado, pero habrá que ver cuando le toque lo suyo. "Altura de miras, no se trata tanto de mirar lo que ya tenemos", respondió Sáenz de Santamaría. En otras palabras: más España para salir de la crisis. En junio de 2013, los resultados.

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