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Griñán acusa al PP de "huelguista" político por abandonar plenos

Elude disculparse por la condena de su delegado de Empleo, Antonio Rivas, en el caso Mercasevilla.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se destapó ayer en el pleno de la Junta de Andalucía como un mal profeta que no pide perdón por sus equivocaciones y como un pésimo sofista a la hora de argumentar lo inargumentable. En su primera faceta, eludió pedir disculpas por haber dicho que su delegado de Empleo en Sevilla, Antonio Rivas, sería rehabilitado por la Justicia, que acaba de condenarlo. En el segundo, cuando ha consentido en apoyar la huelga del día 14 en el Parlamento, acusa de "huelguista" al PP por haber abandonado el salón de plenos en algunas ocasiones con motivo de alguna controversia. 

José Antonio Griñán no quiso reconocer ayer en el pleno del Parlamento andaluz que se equivocó en la defensa que hizo al principio del caso de los ERE en Mercasevilla de la inocencia de Antonio Rivas, el ex delegado provincial de la Consejería de Empleo que acaba de ser declarado por un jurado popular culpable de cohecho por el caso Mercasevilla.

Fue Griñán, recuerda El Mundo, quien en abril de 2010 advirtió que volvería a contar con Rivas para su Ejecutivo en cuanto el histórico dirigente socialista de Camas quedara exculpado judicialmente, algo que no dudó en ningún momento. Evidentemente, sus dotes de profeta han quedado al descubierto.

Juan Ignacio Zoido, presidente del PP andaluz, aprovechó el momento para exigir que pidiera disculpas al Parlamento y a los ciudadanos por haber mantenido mucho tiempo en el cargo a Rivas, a pesar de haber sido imputado.

Zoido recordó que el 18 de marzo de 2010 el por entonces consejero de Empleo de la Junta, Antonio Fernández, atribuyó las críticas de Zoido al mantenimiento de Rivas a que "su obsesión por Sevilla le convierte en un sujeto sin ética y sin legitimidad. Y lo que es peor: tratando de buscar la pena de banquillo por su obsesión por llegar a la Alcaldía de Sevilla con independencia de las fórmulas". El presidente del PP andaluz apostilló: "Y no es un hecho aislado. Hay un consejero, un ex viceconsejero y varios altos cargos que en el caso de los ERE están imputados".

Griñán, lejos de pedir perdón, se encastilló en que fue la Junta quien denunció el caso. No tuvo en cuenta que el 19 de abril de 2010, en una comparecencia ante los medios de comunicación, dijo que Rivas ni siquiera tendría que haber dimitido porque su imputación estaba sub iudice y porque "la Justicia le dará la razón". Y persistió en su defensa del ahora condenado diciendo: "Debe ser muy duro para una persona ver que en un auto se dice que hay ligeros indicios contra él y, sin embargo, le imputa para que pueda demostrar su inocencia. Eso es fuerte y lo ha tenido que pasar muy mal", poniendo en solfa la instrucción de la juez Alaya.

De la profecía errónea al sofisma descarado

Como es sabido, Griñán ha aceptado, plegándose a la presión de IU, la suspensión del pleno del Parlamento andaluz por la huelga general del próximo 14 de noviembre contra los "recortes" del Gobierno de España. Será la primera vez en la historia parlamentaria que tal hecho ocurra. Pero Griñán, lejos de admitir que la decisión era suya, se escondió tras el sofisma de la mayoría del Parlamento que tienen, como es sabido, PSOE e IU. 

Griñán dijo textualmente: "Un Gobierno no cierra un Parlamento. Lo intentó cerrar el golpismo, pero un Gobierno no cierra o abre un Parlamento que toma las decisiones por sí mismo", alegó recomendando además a Juan Ignacio Zoido la lectura de Montesquieu, al que el PSOE andaluz mata o resucita según la conveniencia. Esto es, Griñán aludió a que la decisión de ir a la huelga era una decisión de la mayoría de los diputados del PSOE e IU, desfigurando el hecho de que es él quien manda en los diputados de su partido que, por cierto, aplaudieron ayer con la misma intensidad con que dos años lo hicieron cuando Griñán se negó a ir a la huelga con razones totalmente contrarias a las expuestas ayer.

Pero la sesión llegó al paroxismo sofístico cuando Griñán dijo lo siguiente, y así constará en el Diario de Sesiones: "Aquí, señor Zoido, a lo único que hemos asistido es a huelgas del PP, que en el año 2010 se ausentó del pleno del Parlamento en cinco ocasiones. Y eso sí eran huelgas salvajes, porque ni siquiera dieron el preaviso y se iban porque no les gustaban los debates".

La defensa del derecho a la huelga realizada ayer por Griñán casa mal, además, con su propio comportamiento porque en la pasada legislatura se le negó el derecho a la huelga a los jueces, porque constituyen "un poder del Estado". El Parlamento, al parecer, no lo es.

Zoido puso de manifiesto las contradicciones de Griñán, subrayó el oportunismo de sus lecturas de Montesquieu y concluyó que estaba en manos de IU.

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