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Fuego cruzado entre el Ayuntamiento y Diviertt por el caso Madrid Arena

La empresa organizadora traslada toda la responsabilidad de la seguridad al Ayuntamiento y éste anuncia acciones legales por sobrepasar el aforo.

La empresa organizadora traslada toda la responsabilidad de la seguridad al Ayuntamiento y éste anuncia acciones legales por sobrepasar el aforo.

La guerra ya ha estallado entre el Ayuntamiento y la empresa organizadora de la fiesta de Halloween, que costó la vida a cuatro chicas y heridas de gravedad a otra, en el Madrid Arena. Ninguna de las dos entidades admiten fallo alguno ni hacen la menor autocrítica.

Seis días después del trágico suceso, Diviertt ha emitido un comunicado en el que traslada las culpas de lo sucedido al consistorio madrileño y éste, poco después, ha anunciado una denuncia contra la empresa de Miguel Ángel Flores por exceso de aforo.

Tras el informe policial conocido este miércoles, que concluye que el aforo en el interior del recinto "estaba sobradamente sobrepasado", el Ayuntamiento dirigido por Ana Botella va a presentar una denuncia en el juzgado contra el promotor de la fiesta. Así lo ha indicado el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, que ha asegurado a Efe que el comunicado oficial que ha hecho público el Tribunal Superior de Justicia de Madrid "pone de manifiesto" que aquella noche se sobrepasó el aforo permitido para el concierto que se celebraba en el recinto. Por su parte, la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos, propietaria del pabellón, ha decidido presentar "las correspondientes acciones legales" contra el promotor del concierto "al haber mentido en los datos inicialmente facilitados sobre el número de entradas vendidas y el aforo real".

Diviertt "no" era responsable de la seguridad

De manera paralela, Diviertt ha emitido un comunicado en el que desmiente que el aforo se excediera y se centra en evaluar la seguridad del evento. "El Madrid Arena es una instalación municipal y en consecuencia, es responsabilidad del Ayuntamiento garantizar que el recinto reúne las condiciones técnicas y de seguridad necesarias para celebrar el evento", indica el comunicado.

Desde el consistorio madrileño ya se aseguró el pasado viernes que, una vez firmado el contrato, la competencia es de la empresa organizadora y que la labor de la Policía Municipal, a no ser que reciba algún aviso de emergencia, se limita a realizar un control previo a la fiesta – que se hizo satisfactoriamente – y a controlar los aledaños del recinto.

Asimismo, el delegado de Medio Ambiente, Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Antonio de Guindos, detalló que se estableció un nivel de riesgo por encima del que requiere un espectáculo como el de la pasada madrugada, considerado de riesgo medio al contar con seguridad privada. Aun así, el Ayuntamiento, siguiendo el protocolo existente desde 2008, envió efectivos como si el evento fuera de alto riesgo. Un total de 16 agentes municipales vigilaban el exterior del recinto del Madrid Arena. Había, un mando oficial, sargento, cabo y 14 policías. Y otros 24 entraron en acción a las 4.15, después del suceso mortal, según el Ayuntamiento.

Toda la "responsabilidad", de Seguriber

No obstante, Diviertt señala que "Seguriber es la empresa que tiene la competencia exclusiva y excluyente en materia de seguridad del Madrid Arena, en virtud de la contrata que tiene firmada al efecto con 'Madrid Espacios y Congresos'", de quien es responsable el delegado de Economía Empleo y Participación Ciudadana, Pedro Calvo.

"Es responsabilidad de esta empresa controlar la seguridad integral del recinto", insisten, y añaden: "El contrato de alquiler del Madrid Arena exigía a la arrendataria, la empresa Diviertt, la contratación de los servicios de esa compañía de seguridad".

Según la empresa de Miguel Ángel Flores, la seguridad integral del recinto, tanto del interior como del exterior, corresponde a Seguriber. Esta empresa, señalan, "asignó al evento un total de treinta y ocho vigilantes, sobre quienes es necesario también señalar que la empresa Diviertt no tenía potestad ni autoridad alguna, siendo todos ellos dependientes de Seguriber. Sólo estos profesionales, con carnet de vigilantes de seguridad, podían ejercer la función de organizar, vigilar y controlar el lugar en el que se realizaba la requisa de acceso, así como de acceder al espacio en el que se ubica el control de cámaras de seguridad y desde el que se vigila el recinto y el desarrollo del evento, y en su caso, se da aviso de cualquier incidencia que se produzca". Asimismo, Diviertt subraya que Seguriber "en su plan de seguridad destinó a 6 personas en el interior de edificio".

Además, la empresa organizadora quiere dejar claro en el comunicado que consideró necesario contratar también sus propios servicios de seguridad. Ahí entra la empresa Kontrol 34, "que dotó al evento de 63 controladores". Pero, según el comunicado, "sus funciones se limitaban a recibir a los asistentes que ingresaban en el recinto", entre otras funciones. Y, añaden, "estos profesionales no pueden desarrollar" trabajos de seguridad, "como cacheo, registro de mochilas y bolsos".

Seguriber niega que tuviera competencias

No obstante, fuentes de Seguriber consultadas por Libertad Digital desmienten la información dada por la empresa Diviertt. Según aseguran, la empresa de seguridad está contratada por Madrid Espacios y Congresos para "gestionar exclusivamente la seguridad exterior de esos recintos de manera permanente durante todo el año". Y "todo lo que tiene que ver con permisos, seguros y condiciones de celebración del evento son responsabilidad exclusiva de la empresa organizadora; incluida la contratación de un servicio de seguridad para el evento y del control de acceso. Esta seguridad en ningún caso se contrató a Seguriber".

Por ello, "Seguriber no era responsable de la seguridad en el interior del recinto ni del control de acceso (el control de entradas, petición de documentación, control del aforo y accesos por las puertas destinadas a organización y entrada de artistas). Estas funciones eran responsabilidad de la empresa de seguridad contratada por la empresa organizadora. En el citado evento, nuestra compañía mantenía únicamente la responsabilidad de la seguridad del exterior y requisa", o comprobar que las puertas de emergencia permaneciesen libres de obstáculos. De esta manera, desmienten también el dato, ofrecido por Diviertt, de que "en su plan de seguridad destinó a 6 personas en el interior del edificio".

Para apoyar sus afirmaciones, Seguriber recuerda que en la legislación de la Comunidad de Madrid, en concreto en el decreto 163/2008 del 29 de diciembre, se establece que "se entiende por personal de control de acceso aquel que ejerce las funciones de admisión y control de acceso del público al interior de determinados establecimientos públicos, espectáculos públicos o actividades recreativas y que se encuentra bajo la dependencia de la persona titular u organizadora de estas actividades".

Acusa a la Policía de no actuar contra el botellón

Por último, Diviertt se refiere a la Policía, a la que acusa de dejación de funciones y afirma tajante que sí hubo botellón en los alrededores del recinto. "Corresponde a la Policía Municipal de Madrid garantizar el orden público y la seguridad de los aledaños del recinto donde se produjo un botellón multitudinario, en el que participaron jóvenes de todas las edades, desde primeras horas de la noche. Cuando se produce el fenómeno del botellón, la concentración se clasifica por su nivel de riesgo y, en función del grado asignado (alto, medio, bajo), se adscribe un mayor o menor número de efectivos", afirma.

La empresa organizadora no hace la menor autocrítica en su comunicado. Es más, niega de manera tajante que "sean ciertas las cifras de aforo, que algunos medios vienen manejando, apoyándolas en fuentes de diverso origen". Pero en este caso, niegan proporcionar ellos una cifra exacta.

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