El Mundo abre con las corruptelas de los mandamases catalanes. "La policía vincula cuentas en Suiza de Pujol y Mas con la corrupción de CiU". Pero qué pillines. Y mientras, Mas a su bolilla. "Mas cree que la huelga expresó un malestar por la falta de Estado propio". Pedro J. opina sobre el decreto de desahucios que "realojará a los desahuciados en pisos de los bancos" y está encantado con este "paso adelante" y una "buena idea". Victoria Prego pone freno a tanta euforia. "El Gobierno ha ido todo lo lejos que podía para hacer un sucedáneo de tortilla sin tener que romper los huevos". Es decir, que ha hecho encaje de bolillos para no decirle a la peña que esto es jauja y que el que no pague la hipoteca "recibirá la comprensión e incluso las ayudas públicas" pero ha salvado a "los más débiles e indefensos".
Federico Jiménez Losantos se asombra de que la huelga general "siga siendo una exhibición impune de violencia por parte de un sector político". Hay cosas que nunca cambian, Federico. Pero lo que le deja realmente patidifuso es que PSOE y UGT se atrevan "solo 10 meses después de perder el Poder, a manifestarse contra un Gobierno elegido en las urnas por mayoría absoluta y con la pretensión de sustituir el Parlamento por un referéndum (...) Es de un golpismo execrable". Cosas veredes, Federico, cosas veredes.
El País no está contento con lo de los desahucios, mira que son difíciles de satisfacer. "La moratoria en los desahucios se aplicará solo en casos extremos" y no a todo quisqui que no pague la hipoteca. Unos insensibles, estos fachas del PP. Se queja amargamente de que el Gobierno apruebe "el decreto ley sin pactar con los socialistas" aunque fue Rubalcaba quien no quiso manchar con un acuerdo la foto de la pancarta con los sindicatos. Y acaba el serial con que "PP y PSOE rechazaron en la anterior legislatura todas las iniciativas de grupos minoritarios a frenar los desahucios. Los socialistas han pedido perdón" pero los malos malasombra del PP no, si es que son...
Jordi Gracia, profesor y ensayista, nos da un pedazo de lección magistral de tolerancia frente a la discrepancia. Resulta que está desolado con la actitud de los medios de comunicación catalanes. "En Cataluña se está quebrando el respeto a las opiniones diferentes (...) o se es independentista" o "se está fuera de lugar o se es automáticamente un aguafiestas antipático y descreído". Que pandilla de intolerantes fascistas. Observa Jordi Gracia un "deterioro del respeto democrático a la discrepancia" que le produce un hondo desasosiego. "Mientras leo o escucho algunas de esas tribunas resucita el disgusto y el asombro que la corte mediática más derechizada y monolítica nos despertaba escuchando la Cope, leyendo algunas columnas de El Mundo o el ABC, o espantándonos ante las pantallas tóxicas de Intereconomía", dice este ejemplo de respeto democrático a la pluralidad. "Se ha ido acercando a la prensa de Cataluña el aire viciado de crispación, intemperancia e insolencia argumental que fue patología de una etapa nefasta del periodismo escrito, televisivo y radiofónico de Madrid (y aún sobrevive)". Con un par...
ABC le pega un bofetón al PSOE. "El Gobierno frena los desahucios dos años pese al plante del PSOE". No ahorra elogios desmedidos al gobierno que ha solucionado "con eficacia y realismo un grave problema social" sin vulnerar la seguridad jurídica mientras el PSOE, puaf, "nueva demostración de irresponsabilidad". "Es evidente que el PSOE está dispuesto a todo con tal de no hacerse la foto con el PP, aún a costa de jugar con el sufrimiento de los más débiles y la credibilidad económica del país".
La Razón, pues prácticamente lo mismo pero más folclórico. "Stop del Gobierno a los desahucios", titula su portada. El Gobierno ha actuado "con sensibilidad y urgencia" y ha "cumplido con su deber" y el PSOE, puaf, "ha quedado retratado en este proceso negociador en el que se desligó a última hora".
La Gaceta abre su portada con una entrevista a la "heroína del piquete" que no quiso cerrar su bar y aguantó un chaparrón de escupitajos. "Su coraje debería servirnos a todos de ejemplo". Ni hablar majos, pies para qué os quiero, que menudos son.