El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha anunciado la concesión del Premio Cervantes al poeta y escritor gaditano José Caballero Bonald (1926). Al margen de sus méritos artísticos, el galardonado ha dejado muestra de su sectarismo ideológico en los últimos años, pródigos por otra parte en reconocimientos a su obra, pues ya ganó el Premio Nacional de Poesía en 2006 y el Premio Nacional de las Letras Españolas en 2005.
Poco después de recibir este segundo galardón, concedió una entrevista en El País en la que afirmaba haber escrito su último libro poseído por el apasionamiento "contra los gregarios. Esos que van a las manifestaciones contra el divorcio, contra los homosexuales, contra la LOE, contra los españoles sumisos. Ese millón de españoles, o cien mil, que ya eran así con el franquismo". Completó su afirmación asegurando que "siempre hay un franquismo latente, y ahora lo alienta la FAES del señor Aznar". Curiosamente, el ministro Wert ha colaborado con FAES antes de llegar al Ministerio, para la que escribió una monografía titulada Los españoles ante el cambio en 2011.
Anteriormente, el escritor había presidido el jurado del Premio Torrevieja que fue concedido a César Vidal por su novela Los hijos de la luz. Durante la rueda de prensa posterior a la entrega del premio, elogió la capacidad de adjetivación del ganador, y su "pericia técnica". Sin embargo, introdujo un discurso más político al asegurar que la trama de esta novela era "ideológicamente detestable" y que le recordaba a una "pedagogía del franquismo".
"Con la novela ganadora, el lector puede pensar que la Revolución Francesa fue una historia de maleantes y atribuir a la masonería una conspiración universal para crear un orden nuevo, me parece una simplificación reduccionista" o "me recuerda a libros que publicaban los herederos de Franco sobre la masonería, y queda al trasmano de mis gustos ideológicos" fueron algunas de las frases que despachó entonces Caballero Bonald.
Poco después, el escritor Juan Marsé y el presidente del grupo Planeta, José Manuel Lara Bosch, criticaron al gaditano. Marsé dijo que "no hay ninguna interpretación de la historia de la que tengamos que salir en defensa", mientras que Lara apuntó que "como editor nunca juzgaré ideológicamente las novelas y me parece peligroso que un jurado lo haga, porque sus miembros deben sólo juzgar literariamente las obras". A juicio del editor, las críticas de Caballero Bonald "me parecieron poco afortunadas" y cree que "fueron fruto del fragor y la tensión de la reunión del jurado".