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Melchor Miralles y el ministro "camorrista" y "tabernario" que se "descojona" por maldad

No habemus Papa, pero sí que habemus corruptos para regalar. Hoy la prensa se dedica a Blanco y aquí no dimite ni Dios.

Dice El Mundo que "el fiscal ve decisiva la acción de Blanco a favor de su amigo" y que "el ex ministro pospone su dimisión" porque ha cambiado de opinión "sobre cuándo renunciar al escaño tras reflexionar acerca de la presunción de inocencia". Con su natural gracejo, Blanco anunció en rueda de prensa que ha escrito "un libro sobre ello" y que no decía más, que él no había ido allí a hablar de su libro y que si queremos conocer su pensamiento sobre el asunto estará próximamente en librerías. "Blanco, el látigo del PP, el más rápido en disparar contra sus adversarios políticos ha admitido que ha cambiado de criterio sobre la presunción de inocencia", dice Pedro J. con sorpresa. "Lo llamativo es que esa caída del caballo se produzca en el ex ministro justo cuando el señalado por la justicia es él". Pura coincidencia, Pedro, tú siempre pensando mal. "Ha quedado acreditado ya que el rasero con el que Blanco y el PSOE juzgan a los rivales políticos es muy diferente al que se aplican a sí mismos". O, más popularmente, consejos vendo que para mí no tengo.

Federico Jiménez Losantos habla del "reality de Bermúdez". "El juez irrumpe como un cuatrero del Oeste en un terreno jurídicamente vallado y judicialmente con dueño, puesto que el caso Bárcenas está siendo instruido por el juez Ruz. Pero, ¿qué mejor homenaje a Garzón que asaltar un caso de gran trascendencia política y mediática?" después de tanto tiempo sin salir en la televisión, y más ahora con ese sombrero tan elegante que se ha agenciado.

Sobre el caso Ponferrada, El Mundo cuenta que en el PSOE la moda es ponerse la camiseta de yo tampoco estuve allí. "Crece la lista de los que dicen haber rechazado del pacto de Ponferrrada". Y es que todo Dios sabía en el partido lo de la moción de censura menos Rubalcaba. Ruba, hijo, estás perdiendo facultades, baja de las nubes. Aunque a Marisa Cruz le ha dicho un pajarito que de eso nada. "¿Quién dio el visto bueno? Susurran que fue Rubalcaba, pero lo protegerán cueste lo que cueste".

El País, siempre implacable con todo lo que huela a corrupción en el PP, se convierte en el abogado defensor de Blanco. "La fiscalía pide encausar a Blanco por prevaricación y tráfico de influencias" pero "en el escrito, el fiscal no detalla los motivos para la acusación de prevaricación". A ver, dice Mónica Ceberio, "no hay por ahora pruebas del supuesto cohecho" y "la cuestión relevante, para apreciar si hubo o no delito, es si por su intervención se concedió algo que no se debía haber concedido atendiendo a la participación del exministro en el asunto. Esto es lo que tendrá que quedar probado y lo que el ministro niega tajantemente". Y como es socialista seguro que dice la verdad. Otro gallo cantaría si fuera del PP. Entonces daríamos por seguro que miente como un bellaco. Y además "del cohecho al tráfico de influencias", tanto follón por una nadería, que a ver quién no ha hecho un favorcito alguna vez a un colega, no como cobrar en negro, que es de pena de muerte por lo menos.

Así que el periódico no pierde el tiempo en opinar sobre tontunas como el caso Blanco, mejor editorializar sobre Bárcenas, que no lo han hecho nunca. Hoy toca atizar a Ruz. "El asunto amenaza con convertirse en una discusión sobre qué juez es más conveniente" y esta situación "procede de la instrucción de Ruz (...) Tanta lentitud ha dado tiempo a la irrupción del segundo juez, Javier Gómez Bermúdez", que ha sido raudo y veloz.

En La Gaceta encontramos una explicación a este sincero afecto por Bermúdez. "Bermúdez, que quiere juzgar al PP, firmó un manifiesto contra Rajoy". Anda, mira. También encontramos en La Gaceta otra interpretación sobre el caso Blanco. "Hay que advertir de que además de tráfico de influencias y prevaricación, la fiscalía no excluye la posibilidad de que Blanco haya incurrido también en cohecho". ¿Ven? Todo depende de cómo se mire.

En ABC están "a la espera del nuevo Papa" y no están para tonterías en portada. El editorialista se ha obsesionado con Cataluña y Kosovo y por tercer día consecutivo advierte: "Mas opta por el modelo de Kosovo, que no es en absoluto el más recomendable" que "no tienen ni prefijo telefónico".

Destaca el artículo de Melchor Miralles, poniendo a Montoro a caldo, pero a caldo. Se dedica a "sembrar la sospecha contra quienes critican al Ejecutivo, bajo advertencias en tono amenazante, más propias de un camorrista mafiosesco que de un miembro de un Gobierno", dice a modo de aperitivo. "La deriva tabernaria, muy de tugurio, de Montoro permite deducir que utiliza la Agencia Tributaria como arma de venganza personal", continúa calentándose. "Montoro, encima, se descojona cada vez que actúa de este modo con una risita que no se sabe si nerviosa, sardónica o simplemente fruto de una maldad patológica", dice con creciente cabreo. "Porque el asunto no tiene la mas mínima gracia. El día menos pensado se presenta en el Congreso en chándal. Descojonándose, pero en chándal. Como Maduro". Te habrás quedado a gusto, Melchor.

La Razón dice que "Blanco se mantiene en el cargo y podría enfrentarse a una inhabilitación de entre 10 y 16 años". A Marhuenda le parece muy requetebién que Blanco no dimita. "Blanco no está obligado a renunciar a su acta de diputado hasta que el juez termine de instruir el caso. Ese debe ser, a nuestro juicio, el punto de inflexión y así lo mantuvimos en el caso de Francisco Camps". Pues serás tú, majo, porque Alfonso Merlos no piensa para nada lo mismo. Blanco "hace tiempo que tendría que haberse entregado simplemente a defenderse como un ciudadano más, sin escudarse en el burladero del acta de diputado". Además de lo de Camps o lo de Bárcenas o lo de Mato no hablamos, pero lo de Blanco, vamos, "¡es todo tan nauseabundo! ¡Todo con tanta pinta de tráfico de influencias!".

No dirán que nuestra prensa no es plural.

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