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El Gobierno: hay que salvar la institución, ya sea el Rey ya sea el Príncipe

Oficialmente, Moncloa no dice "nada" de la imputación. En privado, admiten que la consigna pasa, básicamente, por salvar a la Corona del trance. 

Oficialmente, Moncloa no dice "nada" de la imputación. En privado, admiten que la consigna pasa, básicamente, por salvar a la Corona del trance. 

Para el Gobierno, el escenario que se presenta es harto complejo y difícil de gestionar. Prueba de ello es que todas las opiniones recabadas por este diario se enmarcaron en la más estricta confidencialidad. Oficialmente, tanto la Moncloa como el PP coincidieron en "no comentar" la imputación de la infanta Cristina, en línea con la primera directriz marcada por la Casa del Rey.

Pero, en privado, el asunto ocupa y preocupa en el Ejecutivo.Tanto que, cuando la imputación era una mera posibilidad, no pocos en el gabinete preferían que la hija del monarca quedara fuera del proceso judicial en caso de no ser estrictamente necesario. En otras palabras, que la barrera quedara delimitada en la figura de su marido, Iñaki Urdangarín, sobre el que ya por entonces no existía consigna alguna de salvamento.

La bomba judicial pillaba a Mariano Rajoy en plena Junta Directiva Nacional, ensalzando los pactos constitucionales, en los que la Corona jugó un papel esencial. El presidente se refirió al PP como el único partido que defiende sin ambigüedades la Carta Magna de 1978. Y, en parte por el papel que el Rey jugó entonces y mantiene ahora como figura "estabilizadora", el Ejecutivo recalcó que "no se va a mover de la defensa" de la Corona.

"Quiero poner en valor la estabilidad política que a lo largo de estos años la Casa Real y, en especial su majestad el Rey, ha prestado a España sin prejuicio de los avatares que todos tenemos a lo largo de nuestra vida", adujo la vicepresidenta hace pocas semanas al término del Consejo de Ministros. Soraya Sáenz de Santamaría también elogió el papel de "árbitro y moderador" del monarca en búsqueda "de consensos para que este país vaya mejor".

Una defensa a la Jefatura del Estado que va más allá, en todo caso, de la figura de don Juan Carlos. "Nuestra defensa también es del príncipe. Es del sistema de monarquía parlamentaria que nos hemos dado todos", recalca un ministro consultado, que admite el "daño grave" que el caso está provocando en la Jefatura del Estado.

Puesta la base, desde el Gobierno reconocen la dificultad de encarar el asunto, con las encuestas evidenciando una desafección cada vez mayor por parte de la ciudadanía. Aunque, insisten, parte del motivo se debe al contexto de crisis institucional, que también arrastra a Zarzuela. En todo caso, desde el equipo de Rajoy se comprometen a buscar, junto a la Casa del Rey, estrategias para "impulsar" su imagen.

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