Las declaraciones de Fernández Díaz y una diputada del PP en el pleno de este martes han sido utilizadas por Soraya Rodríguez para atacar al Gobierno por la reforma del aborto. En su habitual rifirrafe en la sesión de control, más tardía por la comparecencia de Rajoy, la portavoz socialista ha dicho que el Ejecutivo, con sus nuevas previsiones, ha convertido la situación “en la puerta del infierno de Dante, abandonad toda esperanza”.
Tras hablar del “abismo” al que, según la socialista, nos conduce Rajoy y su Ejecutivo, Rodríguez ha afirmado que “parece que sólo tienen discurso para atacar el derecho a decidir de las mujeres”, un “discurso repugnante”. “¿Desde cuándo se necesitan excusas para abortar? Rectifique todas esas declaraciones”, ha continuado la portavoz socialista, “no abandone el hemiciclo sin hacerlo. Hágalo si quiere y si no lo hace es porque no quiere”.
No era el objeto de pregunta
Soraya Sáenz de Santamaría ha contraatacado recordando que ese no era el objeto de la pregunta consignada en el diario de sesiones: “Cuando quiera preguntar de otra cosa puede hacerlo, puede cambiarlo hasta el lunes. Aunque no lo ha hecho en toda la legislatura, que esto de trabajar cuando no es fin de semana no se le da muy bien”. Aludía con estas palabras a las propuesta económicas que últimamente da a conocer, cada domingo o sábado, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Tras esto, Sáenz de Santamaría ha aludido a los “frentes abiertos” en el propio PSOE, donde “se lleva más el estilo epistolar”, en alusión al conflicto abierto tras la carta de Carme Chacón al PSC. En este punto, ha criticado que los socialistas acudieran a la cumbre de Mas "para hablar de algo que afecta a todos los españoles". "Y que sí que es un derecho de todos los españoles -ha agregado- y no como el aborto, que es el derecho a decidir lo que todos los españoles somos y significamos".
Ante unos gritos en la bancada que iban a más, la vicepresidenta, tras comentar el “grado de excitación” del hemiciclo, ha continuado arremetiendo contra “una oposición que “trabaja un poquito todos los fines de semana” en propuestas que “caducan a las 24 horas”, que es lo que tarda “en rechazarlas Bruselas”.