La Sección Primera de la Audiencia de Madrid ha condenado este lunes a veinticinco años de prisión a un hombre, con iniciales Jorge G. V., que se hizo pasar por miembro de ETA y mandó en enero varias cartas a una decena de empresarios reclamándoles el pago de hasta 50.000 euros en nombre de la organización terrorista. El tribunal fija en siete años y medio la estancia máxima que el autor de los delitos deberá pasar en prisión.
Dichas misivas se componían de un solo folio donde en nombre de la banda criminal se hacía saber a los destinatarios que se les consideraba "parte responsable de la situación actual de conflicto entre Euskal Herria y el Estado español. ETA le considera objetivo de su accionar armado –con todo lo que esto conlleva- y le exige un pago de (generalmente cantidades de 15000 euros y hasta 50000)".
El modus operandi con el que se hacía a las víctimas abonar el dinero era obligándoles a enviar un mensaje de texto a un número de móvil indicado en la misiva en un plazo de 24 horas después de haber recibido la misiva. "El no contestar a esta petición en plazo, o acudirC a un cuerpo policial, le haría acreedor de las medidas que ETA decida aplicar contra usted, sus bienes y familiares, convirtiéndoles en objetivo de nuestro brazo armado. (…) Puede que se sienta seguro, pero créame que no los está", rezaban varias de las cartas.
Durante el juicio, un tribunal jurado consideró por siete votos a favor y dos en contra culpable a Jorge G. V.
En la sentencia, la Audiencia Provincial de Madrid confirma este fallo al figurar el condenado como gestor de los teléfonos móviles utilizados para la extorsión. Asimismo, se considera prueba de cargo suficiente que en el análisis del disco duró de su ordenador portátil se encontraron hasta 52 fragmentos de las citadas misivas.
Por otro lado, una de las testigos clave –su secretaria- narró en la vista hora cómo el acusado le ordenó comprar en diciembre de 2007 –un mes antes de que se produjeran los chantajes- unos 80 sobres "de similar características a los utilizados para mandar las cartas a nombre de ETA que le enseñó la Policía".
El tribunal condena a Jorge G. V como autor responsable de diez delitos consumados de amenazas consumadas a 25 años de prisión, fijando no obstante como límite máximo de su estancia en la cárcel en siete años y medio.