La cálida despedida que Mariano Rajoy le dedica este domingo a Antonio Basagoiti en las páginas de El Correo -periódico que también publica tribunas a Sortu- es muy diferente de la recibida por su predecesora en el cargo, María San Gil. A la entonces líder de los populares vascos ni siquiera se le permitió dar la noticia de su abandono, ya que se filtró desde Génova antes de que ella lo hiciera oficial. San Gil fue entonces víctima de la estrategia del PP para precipitar la decisión de su renuncia y que la noticia llegara sin fuerza al Congreso de Valencia. Debía imperar la impresión de que Rajoy luchó hasta el último momento para que San Gil siguiera en el partido. Pero no fue así.
Lo cierto es que las diferencias entre ambos eran ya insalvables. Una vez hecha efectiva la renuncia, María San Gil puso negro sobre blanco y explicó a todos los militantes del partido los motivos que habían precipitado su marcha. En una durísima y clarificadora carta, la popular explicó que el Partido Popular dirigido por Mariano Rajoy había escogido una estrategia de oposición a la política antiterrorista de José Luis Rodríguez Zapatero que ella no estaba dispuesta a asumir. Expresó, sin medias tintas y sin ambages, su "desconfianza en Mariano Rajoy" y concluyó que "lo más honrado con el partido y conmigo misma es apartarme de la vida política".
Este afán de San Gil de exponer los hechos con tanta claridad hasta el último momento no gustó a Mariano Rajoy, que nunca le dedicó unas palabras de despedida a la que había sido líder del PP vasco en algunos de los momentos más cruentos del acoso etarra. No en vano, María San Gil fue compañera de Gregorio Ordóñez y estaba con él el día que le mataron. Memorable fue también cómo aguantó la mirada al etarra "Txapote" en el juicio contra él.
En el Congreso de Valencia sólo Ángel Acebes se despidió de María con unas emocionantes palabras de cariño, que hicieron protagonista absoluta a San Gil. "Nunca podremos agradecer lo suficiente a ese puñado de hombres y mujeres que, con María San Gil a la cabeza, llevan luchando" desde hace tanto tiempo "para que los españoles tengan tanta libertad", aseguró.
Su discurso le valió la ovación del auditorio y le brindó a la que aún era líder del PP vasco una pequeña parte de las despedida que merecía. Francisco Álvarez Cascos, Alejo Vidal Quadras y Jaime Mayor Oreja también dedicaron un recuerdo a la que tanto había dado por el partido y por la libertad, y que nunca recibió una despedida a su altura por parte de su líder.