La Fiscalía ha pedido la expulsión de la treintena de "casuals", aficionados radicales del FC Barcelona, que son juzgados en la Audiencia de Barcelona, tras la insólita refriega entre algunos de los acusados y los mossos que los custodiaban delante mismo del tribunal.
En la sección quinta de la Audiencia de Barcelona estaba previsto este lunes el trámite de conclusiones del juicio que desde el pasado mes de abril se celebra contra una treintena de "casuals" a los que se acusa de extorsiones, robos, tenencia de armas, tráfico de drogas e intentos de asesinato, por lo que algunos de los procesados se exponen a más de cien años de prisión.
La sesión ha comenzado con un inusual refuerzo de las medidas de seguridad, ya que los once procesados que se encuentran en prisión han sido conducidos al juicio por efectivos de los GEI, grupo de élite de los Mossos d'Esquadra, armados y con los rostros cubiertos con pasamontañas.
El impresionante despliegue policial ha provocado las protestas de un acusado, al que la presidenta de la sala, Elena Guindulain, ha expulsado del juicio, en una decisión que ha encendido al resto de procesados y a los familiares que estaban entre el público.
Los acusados se han levantado en bloque y han manifestado al tribunal que, en un gesto de solidaridad con el expulsado, también abandonaban el juicio, por lo que los agentes que custodiaban a los procesados los han rodeado para evitar que salieran.
En esos momentos, se ha iniciado una refriega en la que los acusados, algunos de ellos todavía con las esposas puestas, han intercambiado golpes y empujones con los mossos d'esquadra, que han empleado la fuerza para reducirlos utilizando en algunos casos sus armas reglamentarias, como defensas extensibles.
La trifulca, que ha obligado a suspender el juicio, se ha saldado con tres procesados heridos, uno de los cuales ha sido trasladado a un centro hospitalario, mientras que otros tres han sido atendidos por ataques de ansiedad en los calabozos de la Audiencia.
Suspendida la vista, la tensión ha continuado a las puertas del juicio, donde algunos de los acusados y sus familiares han insultado y amenazado a los periodistas que cubrían la información, a algunos de los cuales han llegado a fotografiar con sus móviles.
Más de una hora después, la vista se ha reanudado sin los procesados que están en prisión, y la fiscal, arropada por otros dos miembros del ministerio público y la presencia de la Fiscal Superior de Barcelona, Anna Magaldi, ha solicitado al tribunal la expulsión de todos los acusados en lo que queda de juicio.
En los dos meses de juicio transcurridos, se han vivido algunos momentos de tensión, ya que los procesados han sido reiteradamente llamados al orden por parte del tribunal y sus familiares han insultado y amenazado a los periodistas que cubrían el proceso.
