El Mundo da por hecho que Montoro dice la verdad en este "entuerto". "Hacienda admite que no verificó la información sobre la infanta" y "el juez investiga si se han falseado bienes" a su nombre en los registros de Alicante, Arenys y Almagro. Pedro J. pide que la directora de la Agencia Tributaria cargue ella solita con el muerto. "Han trascurrido cuatro días y seguimos sin tener una explicación convincente sobre el origen de esos datos de Hacienda", pero "resulta muy extraño, por no decir imposible, que todos esos registradores de localidades diferentes se hayan equivocado al facilitar los datos a Hacienda" y que “no se molestaran al verificarlos”. Será cosa de los recortes. “Montoro eludió ayer dar una explicación sobre lo sucedido, argumentando que carece de información de lo que hacen sus técnicos”, que el qué va a saber de lo que hacen en Hacienda, y menos con la hija del Rey. Bastante tiene con cercar a los que puede sacar los higadillos con facilidad. “Al margen de que haya o no existido dolo o afán de engañar, el hecho es que ha suministrado una información incorrecta al juez” así que “la directora de la Agencia Tributaria no actuó de forma diligente, y, por ello debe dimitir”. De su jefe Montoro, ni una palabra más alta que otra dice Pedro J.
El País no es tan indulgente con Montoro y le pega una leche de agárrate y no te menees. "Hacienda se niega a despejar las sospechas contra la infanta Cristina". "Los registradores califican de ínfima la posibilidad de un error y los notarios apuntan a que puede haber existido un fallo humano". Los propietarios de las fincas atribuidas a la infanta flipan. "¿De dónde se lo han sacado? ¡Esto es alucinante!". Claro, que a El País no le extraña y recuerda lo que le pasó a su hermana Elena con el tractor. "La infanta Elena fue multada por error hace apenas dos meses. Dos guardias civiles pararon al conductor de un tractor en una carretera" de Valladolid. "El hombre no tenía en vigor el seguro del vehículo" y “el agente que formuló la denuncia dejó incompleto el apartado del DNI para rellenar otro, pero olvidó borrar lo que ya había escrito, el número 12, que se corresponde con el DNI de doña Elena”. Aquí hay gato encerrado. Ya dicen en el editorial que “la Agencia Tributaria no puede salir del asunto dando a entender que todo puede deberse a un error de notarios o registradores al consignar los datos de identificación del NIF de la parte vendedora, lo cual sugiere algo así como una concertación de voluntades para perjudicar a la infanta". ¿Ven? Si lo sumamos a lo del tractor está claro que hay una confabulación en toda regla. "Todas estas conductas son letales para la reputación de una persona de la familia del Rey, ya cuestionada como consecuencia de los manejos de su marido Iñaki Urdangarin”, y que nada tienen que ver con ella, viene a decir.
ABC también está atónito. "Hacienda no comprobó las ventas de fincas que atribuyó a la infanta", tócate los pies. "El ministro asume que pudo haber un error por el que habría que dar explicaciones". Pero sin prisas, no se nos vaya a estresar. Al periódico de Vocento se lo sirven en bandeja para poner de víctima a la infanta. "La infanta Cristina no tiene un derecho más fuerte que el del resto a que los informes de la Agencia Tributaria sobre su patrimonio sean ciertos. Pero si esos informes, además, son remitidos a un juzgado de instrucción, en el que se investiga la posible comisión por la infanta Cristina de un delito contra la Hacienda Pública, el rigor de la información fiscal no admite el más mínimo margen de error", dice Rubido. "El gobierno pasa de largo" mientras “la Agencia Tributaria echa la culpa a otros y se escuda en la supuesta negligencia de notarios y registradores (...) La incertidumbre perjudica gravemente la imagen y la presunción de inocencia de la infanta , y la confianza que debe merecer el fisco”. Pues quién va a decir lo contrario.
"Hacienda reconoce que hubo un error en el informe que atribuye a la infanta la venta de 13 fincas", titula La Razón. Marhuenda dice que "los daños causados por esta negligencia han sido irreparables y sería inaceptable que se pasara página como si tal cosa", y aprovecha la ocasión que se le brinda para darle cuatro capones al juez Castro y otros tantos a los medios que no miman al Rey. "Pese a que el juez Castro ha fracasado en sus reiterados y prolongados intentos de imputar a la infanta, cierta prensa no se permite el más leve descanso para ahondar en la condena social que, sin base ni fundamento, ya ha dictado sentencia contra ella y su marido".
La Gaceta pasa olímpicamente de los líos de la infanta porque tiene un mosqueo del diez. "Otro lamentable abucheo. La Casa Real sufre, desde que estalló el caso Urdangarín, el acoso de los ciudadanos en cualquier acto oficial al que acude uno de sus miembros. Nuca como hasta ahora, sus miembros han tenido que soportar tan nivel de repulsa". Qué desdicha. Eso sí, el editorial lo dedican a defender la finca de Mario Conde de las garras de la banda de Gordillo, que ha vuelto a actuar con la llegada del verano. Se quejan amargamente de que "este personaje aparece en los medios de comunicación, los sagaces reporteros ponen micrófonos y cámaras a su disposición y él difunde sus disparatadas soflamas con total impunidad". Ya, chicos, pero de lo de la finca de Mario Conde no se hubiera enterado ni el tato si vosotros no llevarais dos días erre que erre con el tema, editorial de hoy incluido.