El Gobierno y el partido que le sustenta se afanan por hacer una clara separación entre concierto y cupo vasco. En ningún caso de lo que se habla es de tocar el concierto: "El compromiso con la defensa de ese sistema fiscal es claro", explicó Alfonso Alonso al término de la Junta de Portavoces. Recientemente, Soraya Sáenz de Santamaría se pronunció en términos parecidos al destacar que un cambio en este sentido sería "inconstitucional" y el Ejecutivo no está dispuesto a ello. Así pues, la negociación que ocupa y preocupa es la del cupo.
La ley quinquenal del cupo lleva vencida desde 2011 y toca revisarla. Aunque la comisión a tal efecto aún no está convocada, los contactos arrecian. Y en el PP reconocen que tienen "lío". El lunes, Carlos Floriano ejerció de portavoz de la dirección nacional para abogar por una nueva fórmula en aras de la "solidaridad" nacional. Preguntado por tal extremo, Alonso -también miembro de maitines- se limitó a afirmar que "un debate es lo que corresponde y lo que toca".
Así pues, el portavoz del Grupo Popular -con múltiples responsabilidades pasadas y vigentes precisamente en el País Vasco- reconoció que "hay que abrir" el debate. Esto es, hay que revisar lo que el Estado aporta a la comunidad y viceversa, atendiendo además a las diputaciones, con un elevado poder fiscal.
Las fricciones dentro del propio PP, ya de partida, son evidentes y reconocidas. Aunque primero quieren escuchar la postura de Cristóbal Montoro. "Es el que manda", reconocen. Fuentes del Ministerio de Hacienda recalcan que no hay "nada nuevo" en esta materia, y emplaza a los contactos que se empezarán a desarrollar en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Para un barón autonómico, consultado en conversación informal, es el momento "de acabar con los privilegios" del País Vasco y avanzar "en un modelo de igualdad entre todas las regiones". No es el único que lo opina: el decano Pedro Sanz, presidente de La Rioja, siempre se ha postulado a favor de la revisión.