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Los policías ya no tendrán que comprarse el chaleco antibalas con su dinero

Se han comprado algo más de 21.000 chalecos antibalas y anticortes, lo que ha supuesto un gasto de 6,5 millones de euros.

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía ya no tendrán que comprarse el chaleco antibalas con su propio dinero. El director general de la institución, Ignacio Cosidó, comenzó este martes personalmente el reparto de las primeras unidades de los nuevos chalecos antibalas y anticuchillos que se asignarán a todos los policías que patrullan las calles españolas.

El objetivo es que los agentes cuenten con uno de estos chalecos como parte de su uniformidad mientras estén destinados en unidades destinadas a seguridad ciudadana, en vez de tener un juego de chalecos asignados al vehículo patrulla en el caso de los más privilegiados, como venía ocurriendo hasta ahora.

Exactamente, se entregarán a los agentes que trabajan en los Grupos de Atención al Ciudadano (GAC), Grupos Operativos de Respuesta (GOR), Unidades de Prevención y Reacción (UPR), Brigadas Móviles y Policía en el transporte, y a los destinados en protecciones dinámicas y traslado de detenidos.

"La seguridad es una prioridad máxima para la Dirección General de la Policía. Cuando un policía sale a la calle no sabe qué es lo que se va a encontrar. Un tercio de las organizaciones de crimen organizado son violentas, por lo que hay que dotar a los agentes de una mayor seguridad", afirmó Cosidó.

En total, la institución policial ha comprado 21.126 chalecos antibalas, que serán repartidos en tres fases entre todos los agentes destinados en unidades operativas por todo el territorio nacional. Durante lo que resta de año 2013, se repartirán 7.926 unidades, mientras que en 2014 y 2015 se entregarán 6.600 chalecos en cada uno. El montante total de la adquisición es de 6,5 millones de euros.

Datos técnicos

Este nuevo elemento de protección garantizará la seguridad de los agentes contra impactos de bala y agresiones con arma blanca, aunando eficacia, discreción y comodidad, ya que es bastante fino e ideado para llevarse debajo del uniforme y muy flexible, lo que garantiza la cómoda movilidad del agente.

Estos chalecos antibalas están formados por un conjunto de láminas a base de fibras sintéticas de alta resistencia y tenacidad de base aramida e hidrofugadas. Las fibras que conforman el paquete balístico son resistentes al calor, al frío y al agua, manteniendo sus propiedades entre los 100 ºC y -30 ºC. Además son resistentes al fuego y no comenzarán a carbonizarse antes de los 200 ºC.

Compatible con el máximo nivel de protección ante distintos calibres, cuchillas y punzones, también se ha buscado lograr el menor peso posible. Los chalecos adquiridos pesan entre 1,3 kg y 1,7 kg dependiendo de la talla. Tienen un fecha de caducidad de 10 años, aunque se harán test de comprobación cada dos años, para certificar que siguen funcionando en perfecto estado.

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