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La Audiencia pide investigar si fue Zougam quien vendió las tarjetas del 11-M

La Audiencia Provincial de Madrid considera que existe una relación entre el asunto de las tarjetas y el caso por falso testimonio contra las rumanas.

La Audiencia Provincial de Madrid considera que existe una relación entre el asunto de las tarjetas y el caso por falso testimonio contra las rumanas.
Jamal Zougam, en una imagen de archivo durante el juicio

El único condenado como autor material de los atentados del 11-M, Jamal Zougam, lleva nueve años en prisión y mantiene que es inocente. Dudas razonables sobre la venta de las tarjetas en la tienda de Zougam se suman al caso del testimonio de las rumanas, que dijeron haberle reconocido en los trenes y cuya verosimilitud está en entredicho -años después del atentado, dijeron que sí le habían visto y le situaron a la misma hora en dos trenes diferentes-.

Así, según adelantó El Mundo y ha podido confirmar este periódico, la Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado investigar si en efecto las tarjetas utilizadas en las mochilas bomba del 11-M fueron suministradas al grupo terrorista por Jamal Zougam, o si por el contrario resultó que simplemente fueron despachadas en una venta ordinaria por un empleado. Dicha orden recoge que denegar esta prueba con "una fórmula estereotipada" -así lo hizo la instructora del caso- es "vulnerar" el derecho de defensa de Zougam.

El fundamento en el que se basó la condena a Zougam pasaba por la prueba de cargo -las tarjetas telefónicas- y el testimonio de dos rumanas cuya posible falsedad se está investigando. La Sección Penal Cuarta de la Audiencia Provincial considera que una investigación sobre las tarjetas telefónicas es necesaria por su "evidente relación" con la imputación por falso testimonio contra las dos ciudadanas rumanas.

Tanto es así que el propio socio de Zougam reconoció el pasado año haber sido él, y no Zougam, quien vendió las tarjetas.

Cruciales declaraciones

La resolución de la Audiencia de Madrid obliga al Juzgado de Instrucción número 39 de la capital, que dirige la juez Belén Sánchez, a citar como testigos al socio de Jamal Zougam y de su hermano en el locutorio de Lavapiés, Mohamed Bakkali, y a su empleado Abderrahim Zbakh, como habían pedido los abogados del marroquí y de su familia, Eduardo García Peña y Francisco Andújar.

Según han informado fuentes jurídicas consultadas por Libertad Digital, la Audiencia obliga así a la magistrada Belén Sánchez a investigar si es cierto o no se otro indicio por el que fue condenado Zougam: las tarjetas que habría vendido en su locutorio de Lavapiés.

El auto, que representa un severo reproche a la instrucción de la juez y a la actuación de la fiscal, considera que denegar esas pruebas "entraña la vulneración del derecho" de Zougam a "no sufrir indefensión". El tribunal amonesta a la instructora por haberlas rechazado con "una fórmula estereotipada", "sin expresar la razón de su falta de pertinencia" ni justificarlo "suficiente ni razonablemente", pese a su "evidente relación con el objeto de este proceso".

La Audiencia de Madrid ha ordenado asimismo a la juez que cite a declarar como testigos al marido y al hermano de la testigo protegido C-65. El primero fue aceptado como víctima de los atentados, por lo que cobró una indemnización superior a los 30.000 euros y obtuvo la nacionalidad española. Afirmó en la Audiencia Nacional que viajaba en un tren distinto al de su esposa junto a su cuñado -hermano de la testigo-, que también intentó hacerse con los mismos privilegios pero, curiosamente, fue expulsado del procedimiento por no acreditar su condición de afectado.

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