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Gistau afea la “agresión al periodismo” del alcalde de Barcelona

Cinco portadas y otras tantas aperturas diferentes. En pocos días se da tal variedad en la prensa, con algunas exclusivas y pocas grandes noticias.

El Mundo amplía el escándalo de las facturas de los sindicatos que, oh sorpresa, también salpica ahora a CCOO, que "desvió subvenciones de la Junta según peritos judiciales". De todas formas, la imagen es para los tres nombres más visibles del Movimiento Ciudadano que se presentó este jueves en Madrid.

En el interior, y prácticamente línea con línea, las dos columnas del día en el periódico de Unidad Editorial: la de Federico Jiménez Losantos, que acuña la novedad jurídica de la "desobediencia indebida" para intentar explicar la sentencia del Faisán, cuya verdadera explicación está en el último párrafo de la columna: "Esto es la justicia española: una legalidad ilegal al servicio de la casta política que se rige por un novísimo principio: el de la obediencia indebida".

Al lado de Jiménez Losantos, como decíamos, Enric González ajustando las cuentas con el ministro de Hacienda, "lo de Cristóbal Montoro y los salarios fue imperdonable" y mostrándose un poco más comprensivo con Botín, que al cabo "tenía la obligación de captar clientes estadounidenses para su banco y, en lo posible, de mejorar la mala imagen exterior del país".

El País tiene un día de lo más sosaina, de esos que últimamente abundan en el periódico de Prisa. En portada el tema principal es que "el Gobierno impone otros 17.500 millones de ajuste ante el déficit" y la foto para un grupo pequeño de estudiantes francesas manifestándose.

Publica también una aburridísima entrevista con el ministro Wert, pero hay que irse a la contraportada para encontrar algo interesante: una entrevista con científico, José Miguel Mulet, que carga contra "los antitransgénicos" y es tratado con la displicencia correspondiente por el periodista, que habla de "su caricatura" para referirse a las explicaciones del hombre. No es que sea muy allá, pero es algo diferente y contra el credo ecologeta, es decir, toda una excepción en la prensa socialdemócrata, como decía Arcadi Espada.

En ABC la portada es para Emilio Botín, que posa junto al alcalde de Nueva York y delante de una gran bandera americana –toda una provocación-. El titular, para las polémicas declaraciones del banquero: "El dinero llega a España de todas partes, es un momento fantástico".

Dedican los de Vocento uno de sus titulares al "balance desolador del caso Faisán" con un análisis bastante acertado: "Los jueces no pueden tragar ruedas de molino cuando dictan sentencias, porque no han recibido su poder jurisdiccional para desnaturalizarlo de esta manera".

Y no se pierdan la columna de David Gistau sobre la censura en Barcelona a la foto del torero Padilla, dándole un disgusto al alcalde Trías: "Ni siquiera puede reclamar el honor de haber librado batalla contra la pérfida tauromaquia, porque lo agredido ha sido el periodismo".

La Razón dedica su portada al "desacato de Mas", que es como denominan al ridículo protocolario que hizo este jueves el presidente de la Generalidad. La foto, prácticamente a toda página, para la vicepresidenta hablando con Rosell junto a una silla que se intuye vacía.

El editorial lo llama "intolerante", que no sabemos si es el adjetivo más ajustado. Muy muy enfadados andan en el diario de Planeta con Mas y con su "actitud incalificable para un representante político pero que, sin duda, retrata al impulsor del proceso de ruptura de España".

Acabamos nuestro repaso por La Gaceta, que nos obsequia con una llamativa portada sobre la Corporación Mondragón, metida entre nubes y con el logo de Fagor como lloviendo. "El cooperativismo vasco deja caer Fagor", dice el titular o, casi mejor, trata de decir y no sabemos si lo consigue.

Y para que vean que todo es posible, el periódico de Intereconomía le da un aprobado a Montoro en su sección "dan que hablar". Es por prolongar el Plan Pive, pero algo es algo pensará el de Hacienda.

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