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Marhuenda se pone hecho una furia con la "chaqueta espantosa" del juez Castro

La Casa Real vuelve a ser hoy la protagonista de las portadas, esta vez por la imputación de la infanta.

El Mundo titula con un textual del auto de Castro. "'Un plus de codicia' llevó a la Infanta a 'defraudar reiteradamente a Hacienda'". Pero plus, plus, señor juez, megaplus, diría yo. Pedro J. cree que esta vez va a ser la buena porque el "minucioso auto no deja posibilidades a que la hija del Rey eluda esta vez su comparecencia". "Lo que ha puesto de manifiesto este asunto es el estrepitoso fracaso de una estrategia que, pretendiendo blindar la imagen de la monarquía, la ha puesto indefectiblemente a los pies de los caballos". Y reparte estopa al Ministerio Público, a la Agencia Tributaria, a la Casa Real, al abogado de la infanta y a "los medios de comunicación que, en una actitud ciertamente hipócrita, aplaudían al Rey por reivindicar una justicia igual para todos a la vez que propugnaban que se echara tierra sobre unas actividades de la Infanta que eran merecedoras de una investigación judicial". "Si no se hubiera conseguido que la Audiencia de Palma desimputara a doña Cristina es muy probable que la hija del Rey hubiera declarado sin mayores escándalos". Permíteme que lo dude, Pedro.

Federico Jiménez Losantos cree también que se lo han montado fatal. "El empeño del gobierno en que la justicia vuelva a desimputar a la infanta demuestra que Rajoy, con tal de no hacer nada, es capaz de hacer cualquier cosa y que el Rey, empeñado en hacer cualquier cosa, es incapaz de hacer nada sensato". "El daño que Zarzuela y Moncloa están haciendo a la Corona es tan evidente que sólo esa mezcla de obcecación senil y pereza servil explican esa insistencia en algo que debería preocupar a todos, sobre todo a los monárquicos: que el Príncipe herede algo más que deudas morales, turbias abundancias materiales y ruinas institucionales".

"El fraude fiscal cerca a la Infanta", titula El País. Cuenta el periódico que la infanta no se apea del burro. "Ni divorcio ni renuncia a la sucesión. El Rey no se lo ha pedido y la infanta no quiere separarse o desistir de sus derechos". Pues sí que es cabezona, esta mujer. El País coincide de la 'a' a la 'z' con Federico y no es la primera vez, no sé si habrá que preocuparse. "Los Príncipes, que no han cometido errores graves, pueden ser los más perjudicados". "El Príncipe, al contrario que la Reina, ha cortado por lo sano (...) no tienen relación con los duques de Palma (…) los más interesados en alejarse del veneno son los Príncipes". Y le envían un consejillo al Rey. "El martirio no sólo no ha terminado. Ayer escaló un peldaño clave, el que puede obligar al monarca a separar entre la infanta de España y la hija". Pues parece que la obcecación de Cristina le viene de familia.

En el editorial dice el periódico de Prisa que todo es normalísimo. "Lejos de poner en peligro los pilares del Estado o el futuro de la monarquía, la decisión del magistrado constituye un buen síntoma de la salud democrática", "nada tiene de extraño que un juez de instrucción tramite una causa penal", "lo que el juez hace no sólo entra dentro de la normalidad procesal, sino que muestra la igualdad de los ciudadanos ante la ley", a qué viene tanto alboroto, que es que os sulfuráis por nada. "Una eventual declaración de doña Cristina no prejuzga su futuro judicial" y "este paso del juez Castro sólo puede entenderse como una respuesta digna a la exigencia de transparencia que caracteriza a cualquier democracia asentada". Vamos, que no se entiende por qué abre la portada del periódico con una cosa tan tonta y habitual.

ABC empieza suave en su portada, como poniéndose los guantes. "Castro imputa a la infanta por delito fiscal y blanqueo". Y empieza a sacudir en el editorial. "La desmesura -227 folios- del auto es por sí sola sintomática de que la investigación sobre la hija del Rey ha circulado por derroteros inusuales". A Cristina, la muchacha, le ha tocado la china y es "uno de los ciudadanos más investigados patrimonialmente en la reciente historia judicial". Este Montoro la ha tomado con ella y venga a investigarla, y venga a multarla, y el resto de los españolitos defraudando sin parar mientras Hacienda hace la vista gorda. Qué injusto es el mundo, Rubido. "Cuando un juez necesita 227 folios para explicar una imputación algo va mal", continúa. ¿Pero no le habían pedido que diera más detalles? A ver sin nos aclaramos. "La Infanta no debe recibir trato de favor alguno, y así lo defiende ABC", dice el guasón, "pero tampoco debe ser sentenciada por anticipado en juicios mediáticos paralelos, cuyo móvil evidente es buscar audiencia o vender más diarios a lomos del escándalo, sea cierto o no". Ignacio Camacho culpa de los males de la infanta al populacho ignorante y sediento de sangre. "Si fuese por crudo pragmatismo lo que al Rey y a la Corona les convendría es que la Infanta y Urdangarín no sólo fuesen imputados sino condenados en sumarísimo juicio con jurado popular. Justicia expeditiva y carnaza apaciguadora para los leones del descontento y la desafección ciudadana". Aunque "puede que ni aún así consiguiese la monarquía contener la marea emocional de una opinión pública irritada que ha emitido veredicto anticipado de culpa porque necesita un rito expiatorio con el que aliviar de manera siquiera simbólica su frustración". Qué razón tienes, Ignacio, la plebe es así, chusma, gentuza, ya se sabe. Si es que habría que reinstaurar el derecho de pernada. Se iban a enterar, esos.

La Razón tira a matar desde el titular de portada. "El auto del castrismo. El juez vuelve a imputar a la infanta sólo con suposiciones". Dice Marhuenda en el editorial que "a la infanta se le está imputando por lo que es, no por lo que ha hecho" y que "a doña Cristina se le aplica un rasero legal más riguroso que a cualquier otra ciudadana". No se enfaden, sean indulgentes, que está muy enfadado. Tanto que no tiene bastante con el editorial y continúa poniendo a caldo al juez en un artículo firmado. "El ilustrísimo Sr. Don José Castro está empeñado en imputar a doña Cristina", va de "sucesor de Garzón como juez estrella". Y empieza a desvariar. "Puede aprovechar las rebajas para comprar un traje de domingo con el que recibir a la imputada doña Cristina Federica. Es el primer consejo que le daría. Tiene que jubilar esa chaqueta espantosa, porque hasta el prevaricador exjuez Garzón tenía mejor gusto. Creo que el ministro Gallardón tiene que introducir una reforma legal para que un juez no pueda bajar tanto el listón". ¿Alguien tiene un valium?

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