Llovía a cántaros sobre el cementerio de Polloe cuando el reloj marcaba las cinco, en una fría tarde de San Sebastián. Prácticamente a la misma hora de hace exactamente 19 años, un terrorista -de cuya identidad aún existen dudas- entraba en el bar La Cepa de la capital donostiarra y atravesaba la cabeza de Gregorio Ordóñez de un tiro mientras comía con sus amigos María San Gil y Enrique Villar. Aquel 23 de enero de 1995 también jarreaba sobre San Sebastián.
Con puntualidad británica, el sacerdote Alfredo Tamayo comenzaba un breve responso sobre la tumba donde descansan los restos de Goyo, a quien hoy familia y amigos dejan flores. Con el responso empezado, unos cinco minutos después de la hora de la cita, haciéndose notar, llegaba a Polloe la plana mayor del PP Vasco. Arantza Quiroga, presidenta de la formación, el secretario general Iñaki Oyarzábal y el presidente del PP de Guipúzcoa Borja Sémper, hacían acto de presencia y colocaban un ramo de flores con las siglas del PP.
Los tres llegaron tarde ante las miradas de familiares y amigos de Gregorio Ordóñez que rendían respetuoso silencio bajo la lluvia. Allí estaban Santiago Abascal, impulsor de Vox y exmiembro del PP vasco. Otros impulsores de Vox, Iván Espinosa de los Monteros y Ignacio Camuñas, también acudieron a la cita. Allí estaban el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, y el concejal del PP en Elorrio, Carlos García; Rubén Múgica de UPyD y Maite Pagazaurtundúa también asistieron a rendir sus respetos a la memoria de Goyo, entre varios ciudadanos anónimos que desafiaron al mal tiempo para acompañar a la familia.
Tras el responso, cuando Consuelo se acercaba al micrófono, llegó el portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso. Llegó tarde, pero a tiempo de escuchar las palabras de Consuelo que, para la ocasión, quiso medir bien sus frases en un discurso demoledor que recogía la esencia del legado de libertad, coraje y valentía de su hermano.
En presencia de Quiroga, Oyarzábal, Sémper y Alonso, Consuelo subrayó que Gregorio era "una persona excepcional" porque "eligió luchar" sabiendo que "lo iban a matar". Proclamó que "no nos vengan ahora con el cuento de que somos unos intransigentes porque no queremos que esos pobres chicos que están en la cárcel salgan a la calle, les espere la banda del pueblo y les den trabajo a dedo", una frase que tomaba prestada de su hermano. O que "no es sólo que no estén en la cárcel [los etarras], es que es una burla a los españoles. Es que el Gobierno debería ser consciente de que la gente tiene su sensibilidad, y de que la gente tiene corazón, y de que la gente tiene alma", una frase pronunciada por Mariano Rajoy sobre los paseos de De Juana Chaos cuando quedó en libertad.
También recordó que "frente a la idea de que se ha derrotado a ETA, yo sostengo que por primera vez ETA acaricia la posibilidad de ganar unas elecciones autonómicas en el País Vasco", manifestación que firmó en septiembre de 2012 el eurodiputado popular Jaime Mayor Oreja.
Sobre su hermano, y ante los gestos incómodos de una parte de su auditorio que no dejaba de frotarse la nuca, como Alfonso Alonso, recordó Consuelo que "yo entiendo que Gregorio Ordóñez es el alma del Partido Popular en el País Vasco. Y lo es porque era romper estereotipos. Porque era tener unos principios firmes y una intención de llevarlos a la ciudadanía". Para recordar a su hermano, Consuelo echó mano de estas declaraciones textuales del expresidente del PP vasco Antonio Basagoiti.
"Éstos eran los principios de mi hermano", decía Consuelo, para terminar advirtiendo de que "si en algún momento de mi intervención alguno de los presentes se ha sentido incómodo, os pregunto lo siguiente: ¿es Consuelo Ordóñez la que os ha incomodado, o es vuestra propia conciencia el día en que recordamos al "alma del PP vasco?".