Este miércoles, 5 de marzo de 2014, se cumplía el primer aniversario de la muerte del expresidente de Venezuela, Hugo Chávez. Para conmemorarlo, la Embajada venezolana convocaba un "acto político-cultural" en el auditorio Marcelino Camacho de Comisiones Obreras.
Al local del sindicato solo se podía entrar con una "invitación" de la Embajada venezolana -a quien escribe estas líneas, no solo le preguntaron de qué medio venía, sino qué postura adoptaba ante el Gobierno bolivariano-. Tras abroncar al fotógrafo de LD, David Alonso, por hacer su trabajo ante la fachada del auditorio, un tipo de la Embajada intentaba justificarse diciendo que "por favor, la próxima vez, consigan la acreditación", porque, en su opinión, los medios de comunicación "damos una visión distorsionada" de lo que está sucediendo en el país latinoamericano. En definitiva: que nos impidieron hacer nuestro trabajo dentro.
En la acera de enfrente, un pequeño grupo de opositores al régimen post-chavista estaban congregados para protestar contra el homenaje. Habían acudido libremente, no pertenecían a ningún colectivo y, en general, nos cuentan que viven en Madrid. Se confiesan "indignados", porque "se está dando un homenaje a Chávez", pero "no están siendo reportadas" las muertes de los ciudadanos que se manifiestan contra el régimen -19 hasta el momento-. También lamentan que no pueden volver a Venezuela, que no pueden trabajar libremente, y que están en una lista de estigmatizados: "Meten tu número de identidad, ven que no eres chavista o que no has apoyado al régimen, y no te dejan trabajar".
Por eso, por ejemplo, vino a España Marcelino Lunar, químico de profesión, quien trabajaba en el Intevep -Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo-, pero que fue expulsado "por firmar un manifiesto contra Chávez". Y apunta: "Y no retractarme".
Por su parte, Laimir Dávila es mercadóloga, y es la única del grupo que se encuentra ocasionalmente en España -ha venido de vacaciones-. Vive en la ciudad de Guarenas, y nos cuenta cómo es, en su opinión, el día a día en Venezuela: "Hay una gran inseguridad a nivel general, y cero tolerancia. Si muestras tu posición política, o bien te apoyan, o bien sufres agresiones físicas o verbales".
Laimir acompaña a su amigo Mike Gómez, quien se dedica a las telecomunicaciones y quien vino a España hace diez años "por la inseguridad de mi país". Gómez ha visto en Facebook el evento de esta tarde, y apunta que la Embajada ha intentado ocultar a toda costa el homenaje para evitar una concentración de los opositores.
Preguntamos qué opinión les merece que CCOO, el sindicato mayoritario en España, haya cedido el auditorio para este acto. Dávila apunta que "en Venezuela no hay igualdad"; Gómez se muestra más crítico: "En el caso del tema diplomático, cada país es libre para hacer lo que quiera; en el tema de la celebración, estamos ante un homenaje a un sistema totalitario, cosa que me parece fatal". Y añade: "-El sindicato- Predican igualdad, y luego festejan historias que nos cuentan, sin saber exactamente lo que ocurre allí".
¿Cómo valoran el tratamiento mediático de las protestas? En general, apuntan que "antes estaban callados, pero ahora informan más de lo que hay". Lunar se refiere a los medios españoles: "Ahora, en España, están dedicando al menos 30 segundos y se está diciendo la verdad. Hay escasez, delincuencia, están matando a la población, hay muertos, y la Guardia Nacional arremete contra los ciudadanos".
Finalmente, preguntamos por la deriva política y/o social que podría seguir Venezuela. Lunar responde: "Si no hay una guerra civil, en Venezuela no pasará nada. Esta gente -el Gobierno chavista- sabe qué quiere: el poder". Por su parte, Dávila pide ayuda exterior: "Venezuela necesita una intervención internacional. Tienen que asistirnos".
Mientras, dentro del auditorio Marcelino Camacho de CCOO, Cayo Lara y Willy Toledo pronunciaban sus respectivos discursos.