Tal día como hoy, 10 de marzo, pero de 2011, Libertad Digital contaba en su portada que Pedro Almodóvar y Pilar Bardem aprovecharían el séptimo aniversario de los atentados del 11-M para apoyar la presentación de la campaña "Solidarios con Garzón". El propósito de los artistas era mostrar su apoyo al exmagistrado de la Audiencia Nacional "frente al proceso injusto que le va a sentar en el banquillo, su eventual condena, y en defensa de la democracia y de las víctimas del franquismo".
Ya en octubre de 2010, el director de cine mostró su entusiasmo por la polémica iniciativa del juez Garzón de elaborar un censo de "desaparecidos" durante el franquismo y al derecho de las familias de acudir a la Justicia. Pedro Almodóvar escribió desde su blog que estaba "a favor de la decisión del juez Garzón de hacer listas de todos los ‘vencidos’ en la guerra y de abrir todas las cunetas y paredones que haya que abrir para que sus familias puedan enterrarles como es debido".
En abril de 2011, el director de cine apadrinó con los actores Pilar Bardem, Juan Diego Botto, José Sacristán, Pepe Viyuela, entre otros, el encierro con el que las asociaciones de memoria histórica querían defender la causa del juez estrella. Encerrados en una aula de la Facultad de Relaciones Laborales de la Universidad Complutense de Madrid, Pilar Bardem dijo: "En esta calle nos reuníamos contra el franquismo. No creí que a mis 71 años iba a estar encerrada en las aulas donde me metían cuando tenía 18. Me parece que el procesamiento de Garzón es lo más grave que ha pasado en la democracia desde el 23-F" y añadió que "hay que hacer otra transición".
Almodóvar advirtió que a las víctimas y sus familiares no les mueve la revancha y dijo que "la sociedad española tiene una deuda moral con quienes perdieron la guerra y con los familiares de esos 113.000 cadáveres que yacen en las cunetas". Terminó diciendo que si Falange sienta en el banquillo a Garzón será "como si Franco volviera a ganar".
Hace dos años el Tribunal Supremo absolvió al exjuez del delito de prevaricación por abrir una causa general al franquismo pese a reconocer que la instrucción llevada a cabo por el que fuera titular del Juzgado Número 5 de la Audiencia Nacional estuvo plagada de errores.
De esa forma ponía fin al último proceso pendiente contra Garzón al que se le había apartado días antes de la carrera judicial al ser condenado a 11 años de inhabilitación por intervenir las escuchas de la trama Gürtel.