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De la lengua a la saliva: concluye el estudio sobre el origen racial de los catalanes

Tres biológos de la Universitat Pompeu Fabra recopilaron 2.500 muestras de saliva para determinar la procedencia de 50 apellidos, incluido el de Mas.

Dieter Brandau entrevista a Javier Nart

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Hace más de dos años que tres biólogos de la Universitat Pompeu Fabra acometieron el singular encargo de determinar el origen racial de los apellidos catalanes más comunes y también el de los menos frecuentes. A la luz de los últimos avances en análisis genéticos, elaboraron un listado de apellidos, todos ellos indiscutiblemente catalanes, valencianos o de las Islas Baleares y solicitaron el concurso de decenas de sus portadores para realizar el "atlas genético de los apellidos catalanes". Recopilaron 2.500 muestras de saliva y se pusieron manos a la obra. Los resultados ya están a disposición de quien quiera rastrear en la catalanidad de apellidos como Mas, Serra, Nadal, Bonastre, Codina, Llach, Moragues y Moragas, Raga, Ros y Vidal, entre otros. Así, los biólogos han determinado aspectos tales como que Raga tendría un origen vasco, que un grupo de los Ros vienen directamente del corazón germánico de Europa, que los Moragas son árabes y que no todos los Vidal son de procedencia judía.

Hace algo más de un mes que el estudio se ha dado por concluido y pese a que los resultados son de acceso restringido, en la web del Institut d'Estudis Catalans, impulsora del proyecto Cognoms catalans (apellidos catalanes), se puede consultar un resumen de las principales conclusiones. Así, del apellido del presidente de la Generalidad se dice que se trata de un "apellido ubicuo, especialmente frecuente en el Vallespir, la Cataluña central, Mallorca y Alicante. Ya era frecuente en la Barcelona del 1389, y entre los inmigrantes franceses de principios de siglo XVII". Las conclusiones abiertas (una parte del estudio es de acceso restringido para los voluntarios que donaron la saliva) incluyen también pormenorizda información pormenorizada sobre los linajes de cada apellido. Así, en relación al apellido Mas se afirma: "Hemos podido obtener resultados de 50 de los 54 voluntarios de este apellido y han resultado pertenecer a 36 linajes diferentes (linaje en el sentido de grupo de hombres descendientes de un antepasado común). Esta gran diversidad de orígenes es típica de los apellidos más frecuentes. Destaca el linaje 3, extendido desde la Cerdaña hasta Santa Pola, el linaje 14, frecuente en Mallorca, y el 22, en l'Anoia y en la Conca de Barberà; ningún otro linaje (de este apellido) agrupa a más de dos voluntarios".

Otros apellidos incluidos en el estudio resultan ser poco frecuentes, lo que permite una identificación más precisa. Es el caso, por ejemplo, de Llach, apellido del que se afirma: "Apellido poco abundante, típico de la Garrotxa, el Pla de l'Estany, el Gironés, y Perpiñán. Se encuentra un ejemplo entre los inmigrantes franceses al fogatge (listado de impuestos) de 1637".

El estudio, financiado con subvenciones de la Generalidad al citado Institut d'Estudis Catalans -una de las entidades "culturales" del nacionalismo-, también recibió fondos públicos destinados a la Universidad e incluso del Centro Superior de Investigaciones Científicas, a cuyo Instituto de Biología Evolutiva están adscritos los autores, Francesc Calafell, David Comas y Jaumne Bertranpetit. Sin embargo, el Instituto como tal no habría participado en el singular proyecto y entre los proyectos en marcha o ya concluidos no consta el citado proyecto.

El estudio pretendía responder preguntas tales como "¿Eran germánicos los fundadores de apellidos patronímicos germánicos? Muchos apellidos catalanes eran antiguos nombres de pila, como Andreu, Miquel, Albert, Rober. Muchos de estos apellidos son germánicos, pero otros son latinos (...) Queremos comparar cinco patronímicos germánicos (Armengol, Ricart, Gual, Albert, Robert) aparejados por frecuencia con cinco patronímicos pre-latinos (Fortuny, Adell, Riexac, Oriol, Miquel) para confirmar si los fundadores de estos apellidos eran de origen germánico". La conclusión es que en algunos "linajes" sí se observa una "procedencia noreuropea", pero no resulta significativa.

El origen de este experimento se remonta a las investigaciones sobre el origen geográfico de Cristóbal Colón, del que algunos historiadores nacionalistas afirman que era catalán. Un análisis de unos supuestos restos del almirante genovés sirvieron de base para dicho estudio, en el que se compararon muestras de sangre de catalanes apellidados Colom e italianos con el apellido Columbus. El deterioro de la muestra "original" impidió ratificar "científicamente" la catalanidad del descubridor de América, alegaron los promotores de tan singulares pruebas.

La Generalidad ha decidido no airear el estudio y centrarse en el diseño de las pruebas que el nuevo Estado catalán obligará a realizar a los ciudadanos que no se consideren catalanes y pretendan acceder a esa nueva nacionalidad. Este pasado fin de semana se presentaba un documento en un comité de Convergència con los requisitos: un examen de catalán y conocimientos de la historia de Cataluña y del catalanismo. De esta forma, sólo en TV3, el pasado 5 de febrero, se llevó a cabo una entrevista con los autores del estudio, que afirmaron que, contra la pretensión inicial, los análisis no se ampliarían a otros apellidos.

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