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Caos con las acreditaciones para seguir la proclamación de Felipe VI

La mala organización impide a los medios de comunicación hacer su trabajo

Debía ser un proceso sencillo pero al final se ha convertido en todo un reto para la prensa conseguir las acreditaciones para seguir la proclamación de Felipe VI como nuevo rey de España. Nada más conocerse la fecha del acto solemne en el Congreso de los diputados, los medios de comunicación se pusieron en marcha para acreditar a los informadores, cámaras y fotógrafos, pero la avalancha de peticiones ha desbordado a los servicios de Moncloa.

Desde el miércoles a las ocho de la mañana, los periodistas acreditados podían recoger sus acreditaciones en el Senado, centro de prensa establecido para ello, aunque no ha sido tarea sencilla. Hasta catorce horas de espera para conseguir el pase que en muchas ocasiones no se correspondía con lo que se había pedido con antelación. El caos fue absoluto.

Uno de los problemas fue la falta de impresoras. Las acreditaciones, en lugar de estar preparadas con antelación, se iban imprimiendo al momento. Solo se habían habilitado dos impresoras especiales y, ante la avalancha de medios, los servicios de prensa tuvieron, incluso, que ir a comprar más.

Los periodistas de esRadio también han sufrido el caos. Al llegar a la Cámara Alta para recoger las acreditaciones, ninguna era la correcta aunque al final, y tras muchas conversaciones con los servicios de prensa, todos los redactores han podido llegar a los puntos asignados.

Desesperación en el Senado

Sin embargo, no toda la prensa ha corrido la misma suerte. El Senado ha permanecido abierto durante toda la noche. Se ha trabajado a destajo aunque se han vivido muchos momentos de tensión en la Cámara Alta. Gritos, desesperación, y sobre todo discusiones, han sido la tónica habitual desde que se abriera todo el proceso de recogida de acreditaciones. Muchos redactores han tenido que dormir, incluso, en las inmediaciones del Senado para conseguir el ansiado pase.

Si el enfado de la prensa nacional era mayúsculo, mucho mayor ha sido el de los medios extranjeros que han venido a Madrid a seguir la proclamación. "Nunca había visto nada igual", "es un escándalo" o "nefasta organización" han sido las frases más escuchadas. La consecuencia del caos: la mala imagen de España que se va a trasmitir al exterior. Los medios internacionales, según se comenta en todos los corrillos del Congreso, no van a dudar en contar en sus crónicas toda las dificultades que han tenido que pasar para conseguir su acreditación.

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