"La Monarquía inicia el cambio", a ver si tomamos ejemplo, dice El Mundo. "Don Juan Carlos cede el trono a su hijo en un acto sobrio y emotivo en el Palacio Real". El editorial de Casimiro García Abadillo muestra que las alabanzas, si uno se lo propone, no tienen fin. Don Juan Carlos "ha encarnado el periodo más productivo de nuestra Historia contemporánea", ect, etc, etc. A Felipe le dice que no sabe lo que le espera, "inicia su reinado en un momento complicado, con graves escollos en el horizonte y la necesidad de legitimarse en el ejercicio de sus funciones para acallar las voces de quienes cuestionan la Corona". Eso no pasará nunca, Casimiro, no le des al chico falsas esperanzas. Y encima,"Felipe VI no puede ni debe asumir un rol político porque lo establece la Constitución", o sea, que está atado de pies y manos. "Es una paradoja que sea una institución como la Corona, donde normalmente no existe la renovación salvo en caso de muerte, la que haya iniciado la regeneración que necesita España". Sí, la verdad es que tiene su gracia. "Quienes conocen bien a Don Felipe hablan de un hombre preparado, concienzudo, trabajador, prudente; más parecido en el carácter a su madre que a su padre", concluye Casimiro. ¿Y esto es bueno o malo, Casimiro?
"Un nuevo Rey constitucional", dice El País. "Felipe VI hereda la Corona con la que España recuperó su democracia. El Monarca es proclamado hoy ante las Cortes en un país duramente golpeado por la crisis". Siempre tan optimista. Como viene haciendo desde que don Juan Carlos anunció su abdicación, le pone a Felipe VI un montón de deberes para el verano. "El Rey sanciona la ley de abdicación y encarga a su hijo la recuperación de la Monarquía. Su principal tarea será lograr la unidad ciudadana". Luego le hace una advertencia para ponerle de los nervios. "Se escrutarán todos los detalles del primer discurso de Felipe VI". En el editorial, erre que erre. "La primera tarea de Felipe VI será usar sus facultades para facilitar los grandes consensos. La situación de partida no es nada fácil", dice animando. Y encima le carga con el lastre de lo bien que lo hizo su padre. "El acto fundacional de la nueva época tiene que servir para confirmar la voluntad de Felipe VI de ser rey de todos los españoles, como lo ha sido su padre, y responder a las expectativas de un nuevo tiempo". Y más deberes. "A partir de ahora, don Felipe no puede sustituir a las cortes ni al Gobierno, pero sí utilizar sus facultades de arbitraje y moderación para facilitar un clima favorable a la vuelta al diálogo".
ABC, mucho más emotivo. "De Rey a Rey: Misión cumplida, Señor. Don Juan Carlos cede el testigo a Felipe VI en una emotiva abdicación". El periódico más monárquico dedica su editorial al ex Rey, sin apenas referencias al nuevo. "Don Juan Carlos rindió ayer el ultimo servicio de generosa entrega a España, dejando a su heredero y a la nación el legado de un gran Rey, el mejor de nuestra historia, y de un gran español", dice envidioso del titular de El Mundo de ayer. "Don Juan Carlos ha sido decisivo en la modernización de nuestro país y el gran artífice de la concordia entre los españoles". ABC destaca los gestos de la ceremonia. "Besó a la Reina y cedió su silla a Don Felipe para simbolizar el relevo. Tras firmar la ley de Abdicación, don Juan Carlos transmitió un mensaje de continuidad dinástica al pedir a sus nietas Leonor y Sofía que se acercaran". Y hace una revelación póstuma. "El Rey, abrumado en la cena de despedida: 'No me gusta que me den bombo'". Pues tiene que estar pasándolas canutas estos días, el hombre.
La Razón grita "¡Viva el Rey!" sin aclarar si se refiere al nuevo o al viejo. "Don Juan Carlos cedió sus silla al Príncipe como ejemplo de continuidad de la Corona tras sancionar su abdicación". Dice Marhuenda en el editorial que la ceremonia fue preciosa. "Concisa y sobria, cargada sin embargo de honda emoción" y que "sus dos protagonistas hicieron un visible esfuerzo para contener las lágrimas". Y le ha sabido a poco lo que se ha dicho sobre el Rey Padre. "No se haría justicia completa a Don Juan Carlos si no se pusiera en valor la inteligencia, el tacto y la lealtad con la que siempre actuó en el desempeño de sus funciones". Menos mal que lo has dicho, Marhuenda, que es que al pobre le tienen marginado, ni una palabra de agradecimiento, ni un artículo destacando sus virtudes, como es la peña.
"De Rey a Rey", titula La Vanguardia compitiendo con ABC. Aprovecha el editorial para darle la murga al nuevo Rey con su monotema. "Desde Catalunya, las positivas expectativas que el nuevo monarca despierta se centran en el desbloqueo de la enrarecida situación política, que no encuentra un desenlace esperanzador". Después, le larga el discurso victimita. "El clima que se respira en Catalunya es consecuencia del enorme impacto negativo que representó la sentencia del TC sobre el Estatut renovado". Y a pedir, que se les da como hongos. "Catalunya espera de la Corona una actitud de comprensión, respeto, reconocimiento y complicidad hacia sus singularidades culturales y lingüísticas". Como si no lo tuvieran ya. Dejad al muchacho en paz, hombre, que acaba de llegar.