"Ésta es la grabadora ¿verdad?" Comenta con cierta sorpresa Cristina Alberdi cuando el entrevistador sitúa su móvil entre ambos, en el salón de su elegante casa madrileña. Entre las muchas transformaciones que esta mujer ha visto en su larga vida pública -desde que se colegió como abogada en 1971 y se convirtió en una de las referentes del feminismo español en los estertores del franquismo, pasando por cuando en los ochenta fue la primera mujer vocal del CGPJ y luego ministra con Felipe González en 1993- está la que va desde las viejas grabadoras con cintas de cassette a los teléfonos inteligentes. Lo que ahora se transforma es el PSOE, un partido al que perteneció durante décadas antes de marcharse por diferencias insalvables y que ahora afronta un relevo generacional.
- ¿A quién hubiese votado de seguir en el PSOE?
- A Pedro Sánchez, que me parece el más sensato, dentro de que tiene poca experiencia y de que es una persona que no ha tenido responsabilidades de Gobierno, pero tiene formación, es profesor de economía, ha trabajado. Lo que no me gusta, ni en el PSOE ni en ningún partido, es esa gente que sólo ha estado en el aparato, sin ningún currículum fuera. El ejemplo claro es Eduardo Madina, no se le conoce un sueldo fuera del partido.
- Hay voces que critican que entre los candidatos no haya ninguna mujer.
- Ha habido mujeres pero no se han presentado, se habló de Susana Díaz, de Carme Chacón, pero no se han presentado. No creo que el PSOE, ni el PP, ni tampoco UPyD, tengan una participación de hombres y mujeres equivalente en la militancia. Yo no veo ninguna discriminación ni nada parecido en ese sentido, simplemente los que han dado el paso adelante han sido hombres.
- Eduardo Madina ha perdido la batalla de los avales, incluso en el País Vasco. No sé si esto último es significativo.
- Sí, claro que lo es. Eso quiere decir que una mayoría de gente está mirando con mejores ojos a Sánchez, aunque digan que es el candidato del aparato.
- Se habla de doscientos mil militantes, pero los avalistas no llegan ni a cien mil.
- Eso es una de las grandes mentiras. Yo lo he vivido, la gente que quería entrar en el PSOE no podía, o era dificilísimo. A mí me llamaba gente cuando era presidenta de la FSM [lo que hoy es el PSM] para que le recomendara para poder entrar. Las agrupaciones tienen tasada a la gente que está, entonces de acuerdo con esos, que son afines, lo controlan todo, van a los congresos juntos e incluso han afiliado a gente próxima, a familiares, para tenerlo controlado, y no permiten que se afilie gente nueva. Yo he visto cómo funcionaba el partido por dentro en Madrid y era de bochorno. ¡Gente que no se podía afiliar!
- Por entrar en la cuestión política de fondo, parece evidente que Podemos le está haciendo daño al PSOE.
- Bastante. Ahora hay una especie de moda de ser de izquierdas, parece que a los chicos jóvenes les da vergüenza ser otra cosa, no digo ya de derechas o conservadores sino incluso de centro. El programa de Podemos habría que llevarlo a la práctica, y eso supone un follón importante. Todo es muy bonito desde la oposición.
- Si miramos a la socialdemocracia europea sin duda hay una estrella emergente que es el primer ministro italiano, Matteo Renzi, alguien que ha plantado cara a dos iconos del populismo como Silvio Berlusconi y Beppe Grillo y que además está planteando una agenda reformista.
- A mí me gusta, me parece una persona bastante práctica, y de hecho los socialistas italianos han dicho que no es de los suyos y le están poniendo la proa. Ojalá salga adelante.
- Se ha especulado mucho sobre la incidencia en la abdicación del rey Juan Carlos del Congreso del PSOE.
- Ha sido determinante el resultado de las europeas, porque aunque no se pueda extrapolar a unas generales sí que apunta una tendencia. Si mañana hubiese un Congreso y un Senado con una izquierda totalmente dispersa, en lugar de un PSOE fuerte, significaría una quiebra del pacto constitucional de 1978. Es cierto que dentro del propio PSOE hay muchas voces que piden la República. Por otra parte, es evidente que ha pesado la inminente imputación de la infanta Cristina y el estado de salud del rey Juan Carlos.
- Usted conoce bien la realidad de Madrid. Hay un temor del PP a perder la mayoría absoluta en la Comunidad y el Ayuntamiento pero, por otra parte, el PSM sigue perdiendo apoyos. ¿Es el preludio de una quiebra más general del bipartidismo?
- Ojalá no sea así, el bipartidismo es garantía de estabilidad y eso es lo que necesitamos en España, máxime con la situación económica que tenemos. Lo cierto es que el bipartidismo está tocado, sobre todo en el centro izquierda.
- Hemos hablado menos de José Antonio Pérez Tapias, que representa a una vieja corriente crítica, Izquierda Socialista.
- Nunca ha dejado de ser algo testimonial. Todo el mundo estaba muy contento de que existiese Izquierda Socialista porque no tenía ninguna posibilidad de nada, y sin embargo, así se vendía el PSOE como un partido muy plural y abierto, cuando era todo lo contrario. Era leninista, como todos los partidos de izquierdas tiene la tradición del mando desde arriba, total. De todas formas, ha tenido que haber un pacto o algo, aunque lo desconozco, para que Pérez Tapias tuviese los avales, yo nunca pensé que los conseguiría, ni que llegase más allá de los trescientos.
- Un pacto en el que intervendría Susana Díaz.
- Eso se ha dicho, pero no necesariamente, ha podido ser desde la dirección, que se facilitase su presencia. Yo no creo en principio en la maldad de que le va a quitar votos a Madina, pero todo es posible. Yo nunca he visto cosas tan sucias como las que vi en la política, pero de todo tipo, además.