La consigna circula por los servicios informativos de TV3 con la eficacia de la frase hecha, del concepto indiscutido, de tal manera que en el teleprónter se lee que Artur Mas es "el presidente de la Generalidad" y el nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, es anunciado en los "telenotícies" como alguien que "se opone a que los catalanes puedan votar".
Y en los debates, algunos tertulianos políticos, dedican calificativos como "quintacolumnistas", "tóxicos" y "antidemocráticos" a los miembros de la recién creada "Societat Civil Catalana", epítetos que el Consejo Audiovisual Catalán (CAC) no considera reprobables, siempre que no vayan dirigidos a los representantes del frente separatista.
Este mismo martes se pudo constatar la efectividad del libro de estilo de la televisión autonómica en el tratamiento de la información relativa al manifiesto presentado en Madrid por intelectuales y periodistas a favor de la unidad de España y la libertad de sus ciudadanos. En TV3, lo más importante del acto, del texto y del contexto fue que Albert Boadella se negó a responder a los periodistas porque entre el grupo de informadores se encontraba un equipo de la televisión pública catalana.
Como es bien sabido, Albert Boadella está vetado en todos los medios públicos catalanes y en la gran mayoría de los privados por criticar al régimen pujolista en algunos de sus montajes teatrales. El boicot impuesto por el catalanismo contra Boadella y su compañía no terminó el día en que Boadella decidió abandonar Cataluña e instalarse profesionalmente en Madrid. Sigue siendo un proscrito, pero ayer en TV3 interesaba conocer su opinión, sobre todo sabiendo que, en reciprocidad, no atiende a los micrófonos del que considera "uno de los instrumentos más perversos" del nacionalismo.