En su diagnóstico de situación, que inició abordando "el horizonte electoral" y concluyó refiriéndose a las importantes reuniones que tiene esta semana -por supuesto, su reflexión sobre la economía fue la más extensa de todas-, Mariano Rajoy no hizo ni una sola referencia al escándalo Pujol, que lleva desde el viernes abriendo todos los medios de comunicación. Un silencio que provocó cierto desasosiego en algunos cargos de la formación -"aunque no esperaba otra cosa", en voz de uno de ellos- y que suplió María Dolores de Cospedal al término del Comité Ejecutivo exigiendo una investigación judicial.
Así, al término del órgano interno -en el que ni presidentes autonómicos ni altos cargos tomaron la palabra en el turno de ruegos y preguntas-, la secretaria general fijaba postura sobre la confesión del expresidente de la Generalidad: "La justicia tiene que actuar", señaló la número dos de los populares, quien añadió que tanto el propio Pujol como CIU deben dar explicaciones porque es un caso que afecta a "todo un partido".
En las puertas de Génova13 -que no dentro de la reunión-, tanto Esperanza Aguirre como Alicia Sánchez Camacho -la portavoz oficial de la formación a nivel nacional en este caso- se refirieron a la polémica. La líder de los populares madrileños dijo sentirse "anonadada" por el fraude y, sobre todo, "la mentira" de Jordi Pujol.
"No voy a cambiar de criterio"
Mariano Rajoy reunía este lunes al Comité Ejecutivo del PP por última vez antes de las vacaciones de verano; encuentro a puerta cerrada en el que explica a la cúpula -incluidos varios líderes regionales- la posición que va a mantener en todas las citas que va a tener esta semana en Moncloa antes de marcharse de vacaciones.
Con respecto a la reunión que el miércoles mantendrá con Artur Mas, Rajoy tranquilizó a los dirigentes del partido que en los últimos días se han mostrado reacios a que pueda haber concesiones a Cataluña para que el líder catalán abandone la idea de celebrar la consulta. "No voy a cambiar de criterio", sentenció el jefe del Ejecutivo.
El presidente del Gobierno también fue ajante en lo que respecta al nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez. Por un lado, admitió que lo más importante es "conocerse y tener un primer contacto". Sin embargo, a partir de ahí, dejó claro que le va a pedir"acuerdos" en políticas de Estado y en temas necesarios como la regeneración democrática -asunto al que, según las fuentes consultadas por este diario, le dio mucha importancia-.
Lo que rechazó ya de entrada es que vaya a aceptar "que se le planteen eslóganes", en clara referencia al discurso que ha venido planteando el nuevo líder de los socialistas. Respecto a la posición que deben mantener de cara al desafío separatista de Cataluña, el presidente del Gobierno también fue claro: va a pedir a Sánchez que ambos hagan una defensa conjunta de la Constitución, sobre todo en lo referente a los primeros artículos de la Carta Magna. Pedro Sánchez "no puede ser equidistante", señaló el presidente, haciendo alusión así a que no puede variar su discurso dependiendo de si habla para los españoles en su conjunto o solo para los catalanes.
A pesar de que las citas de Rajoy esta semana son fundamentales, el presidente del Gobierno quiso que sus primeras palabras en la reunión fueran para concienciar a los suyos del horizonte electoral que les espera en los próximos meses. "Somos los primeros en intención de voto con diferencia", expresó Rajoy ante la plana mayor de su partido al tiempo que ha puesto de relieve la "incertidumbre" que existe en el resto de formaciones políticas.
Para el jefe del Ejecutivo, la fortaleza interna del PP es la clave de cara al próximo curso político: "lo más importante que tenemos es la sigla", enfatizó, por lo que pidió a los suyos que dejen a un lado las peleas y las discusiones internas porque "les perjudican". Y lanzó un serio aviso a sus barones, estos días revueltos por la financiación autonómica: "hablemos de lo que nos va bien y no de lo que interesa a otros que quieren enredarnos".