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Un centenar de curas vascos se rebela contra monseñor Munilla

Un grupo de sacerdotes nacionalistas se queja de la labor de Juan Ignacio Munilla en aspectos como el uso del castellano.

El clero nacionalista vuelve a la carga contra el obispo de San Sebastián, Juan Ignacio Munilla. Desde que fuera nombrado obispo en 2009 para dar un giro de 180 grados a la Iglesia en el País Vasco tras el paso de los obispos Setién y Uriarte -que dejaron una diócesis arrasada y de marcada tendencia nacionalista-, una parte del clero sigue en pie de guerra contra un prelado que está luchando para poner en el centro lo esencial y no la política. Desde entonces ha visto como un 77% del clero se manifestaba contra él y cómo la curia dimitía tras conocerse su nombramiento. Ahora de nuevo cerca de un centenar de sacerdotes del entorno más nacionalista arremeten contra Munilla por lo que consideran una línea rupturista con sus antecesores.

En una carta fechada el pasado 14 de julio, los sacerdotes se quejan a Munilla de una diócesis "cada vez más penosa" con una dirección, dicen, "arriesgada y sin salida". Dicen que la dirección de Munilla "está haciendo mucho daño" y le afean "algunos escritos, actividades y homilías en torno a la pacificación de nuestro pueblo".

Sin mucho más argumento, cargan contra él porque "hemos podido saber que tiene la intención de introducir en la diócesis un grupo de sacerdotes pertenecientes a una hermandad de fuera, sin haber tratado previamente el asunto en el Consejo Presbiteral ni en el Consejo de Arciprestes". Cuando hablan de "fuera" se refieren a sacerdotes, por ejemplo, "de Toledo".

No tienen empacho en señalar que "cuando resulta que la sociedad guipuzcoana es cada vez más euskaldun, en la Diócesis el castellano se hace cada vez más presente y se le concede cada vez menor importancia al euskera, la cultura vasca, y la situación e identidad del País Vasco".

Estos sacerdotes dicen denunciar "con dolor, que la Diócesis está desfigurándose y deshaciéndose". Llegan a enunciar una advertencia: "Le queremos recordar", dicen, que "el obispo es, ciertamente, el responsable primero de la Dióceis; pero no el único responsable, ni tiene que llevar esta responsabilidad en solitario. En la Comunidad cristiana todos somos corresonsables, cada uno en función de su misión. Un obispo que no tiene en cuenta todo esto no puede pastorear adecuadamente su Iglesia".

Finalmente y tras pedirle que tenga "en consideración nuestras opiniones, quejas y denuncias", los curas preguntan : "¿Hasta cuándo va a durar esta situación?".

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