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La ANC afronta la 'Diada' con dudas sobre su poder de convocatoria

El caso Pujol, "padre" del proceso, y la división entre los partidos del bloque separatista debilitan el tirón y la credibilidad de la "trama" cívica.

El caso Pujol, "padre" del proceso, y la división entre los partidos del bloque separatista debilitan el tirón y la credibilidad de la "trama" cívica.
La cadena humana separatista de la Diada fue organizada por la ANC | EFE

Los fiascos de asistencia en las últimas convocatorias de la "Assemblea Nacional Catalana", la ANC, han disparado todas las alarmas sobre el grado de movilización del independentismo. A un mes para la celebración de la que se pretende última "Diada" en España, la ANC no consigue llenar los actos preparatorios. Las primeras señales inquietantes para el independentismo comenzaron hace tres semanas, una antes de que estallara el "caso Pujol".

Menos de trescientos "voluntarios" se personaron en Badalona para desplegar una gran tela con la efigie de Obama en la se aludía al "Derecho a decidir". Tampoco el acto en el "Pi de les tres branques" (Pino de las tres ramas) registró aglomeraciones y eso que se trata de una de las grandes citas veraniegas del independentismo. Hubo quema de banderas, pero menos gente de la prevista para dibujar una V humana, ensayo en miniatura de la que se pretende llevar a cabo en Barcelona con ocasión del próximo 11 de septiembre.

El último pinchazo de la ANC ha tenido lugar en Vich, uno de los feudos de la Assemblea. La propia entidad aportó el dato de que "más de mil quinientas personas" se personaron en su apoyo el pasado domingo en la plaza Mayor de la localidad barcelonesa. Hace un par de días la prensa soberanista, tanto digital como de papel, se jactaba de que ya se habían inscrito 70.000 personas para participar en la próxima performance de la ANC para la Diada, una V humana que se pretende de la victoria y que debería ocupar la Gran Vía y la Diagonal de Barcelona. Se interpretaba como el presagio de otro gran éxito de movilización de la ANC.

En las últimas horas y a colación de un texto en El País que recordaba que el año pasado a estas alturas ya eran más de trescientos mil los preinscritos para el 11-S, la plana mayor del frente "civil" del separatismo ha reaccionado con la explicación de que tan baja cifra se debe a problemas con la web donde se registran los voluntarios y que en un par de días dispondrá de un teléfono para agilizar el trámite de apuntarse a la gran "movida" que se prepara en Barcelona.

Sin embargo, la profusión de documentos sobre una Armada catalana, la toma de infraestructuras como el puerto de Barcelona o los planes para una declaración unilateral de independencia junto a los efectos del caso Pujol podrían poner en serios aprietos a CiU, ERC y la ANC de cara al 11 de septiembre. Nadie duda, no obstante, de que Artur Mas pondrá a disposición de la ANC tanto a los medios de comunicación como los medios que hagan falta para colapsar Barcelona durante la Diada.

Repetir la exhibición del año pasado mantendría vivo el proceso y daría un cierto margen de maniobra a CiU, una coalición en el disparadero tras la "fuga" de Duran, la dimisión de Oriol Pujol, la confesión de fraude fiscal de su padre y la purga contra los Pujol-Ferrusola con la que los dirigentes de CDC comandados por Josep Rull, el nuevo secretario general, pretenden salvar el partido y salvarse de las ramificaciones de los diversos expedientes judiciales que afectan a una familia que ya anuncia querellas hasta contra los bancos de Andorra.

Mientras tanto, ERC presiona con la celebración de la consulta y con obligar a que Jordi Pujol i Soley comparezca en el parlamento regional una semana antes del 11-S para dar explicaciones sobre lo que ya se conoce popularmente como "la fortuna de los Pujol". La posibilidad de un gobierno autonómico de coalición entre CiU y ERC era algo muy factible antes del pasado 25 de julio. Hoy, tal posibilidad no es ni remota.

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