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Mas consuma el primer paso para separar a Cataluña del resto de España

Firma el decreto del 9-N y sale a la plaza de San Jaime, junto a Junqueras, para ser aclamado por una muchedumbre con banderas independentistas.

Artur Mas ha firmado el decreto de convocatoria del referéndum del 9 de noviembre y se ha dirigido a los catalanes, a los españoles y a los europeos en una alocución revestida de un carácter pretendidamente histórico.

El acto de la firma se ha llevado a cabo en el salón de la Madre de Dios de Montserrat, ante el gobierno en pleno, la mesa del parlamento autonómico y los líderes de los partidos separatistas. Para el discurso, Mas se ha trasladado a la zona de las escalinatas, con una estatua de San Jorge arrodillado a su izquierda y una luz lateral matizada por los arcos góticos del Palacio de la Generalidad. Una escenografía medida al milímetro para un golpe largamente anunciado.

Todo ha sido "histórico". Mas ha dormido en la Casa dels Canonges, las habitaciones privadas del edificio. La señera que presidía el acto era la que por suscripción popular "el pueblo de Cataluña" donó a la Generalidad en 1982. La pluma, realizada al efecto por una conocida empresa catalana, con las cuatro barras. Y la firma, un garabato de ángulos agudos. Aplausos entre todos y para todos y una reacción más bien poco solemne de todos los presentes.

"Selfie" con la firma

Se abalanzaron a hacer fotografías de la firma con sus teléfonos móviles. El consejero de Presidencia, Francesc Homs, le puso el brazo por encima al portavoz de CiU, Jordi Turull, y posaron ufanos para un fotógrafo junto a la carpeta con el decreto. Fue un "selfie" colectivo con los tintes propios de una celebración de boda, un espectáculo coral en el que participaron desde Junqueras hasta la esposa de Mas, Helena Rakosnik, desde el consejero Santiago Vila, reconvertido a última hora al separatismo, hasta los diputados de las CUP, Fernàndez y Arrufat, que lucían para la ocasión sus mejores camisetas.

Todos sobre el papel y la angulosa firma, casi como la de El Zorro. Antes del "acto", se leyeron los apartados que Mas consideró que eran más sustantivos del decreto, como el voto de todos los mayores de 16 años, las preguntas o el procedimiento del "voto por depósito" que se podrá ejercer entre el 20 y el 25 de octubre. Pese a que todo está preparado, según la retórica separatista, dicho sistema está pendiente de explicación en las campañas "institucionales" que ya se han puesto en marcha. "Tu decides" es el lema general.

Escenografía medida

Catorce minutos después de la firma, para cuadrar la luz natural con los focos y con el mensaje, Mas lanzaba su enésimo discurso en el último mes, un mitin en tres idiomas: catalán, español e inglés. En catalán, justificó el referéndum por las movilizaciones de la ANC y el "consenso" entre los partidos del bloque separatista. Aseguró que siempre había buscado el diálogo pero que se había topado con el "no" por sistema y que el Gobierno de España debería aprender de "otros estados democráticos, que hablan y dejan hablar", en alusión al Reino Unido y al referéndum escocés. E insistió en que el referéndum "es legal y constitucional". En español afirmó que "Cataluña quiere votar pacífica y democráticamente para decidir su futuro" y que "la Cataluña que quiere votar también incluye a los que vinieron de tierras españolas". Y en inglés se ha dirigido a los líderes y a la ciudadanía europea para pedirles ayuda para su referéndum.

Fuera, en la plaza de San Jaime, centenares de personas (no llegaban al millar) convocadas por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural ovacionaron a Mas y Junqueras cuando salieron a la plaza para recibir el homenaje popular. Se inauguró también un gran reloj instalado en una de los edificios de la plaza e marca los días, horas y minutos que faltan para el 9-N. Además, asistieron a los discursos de las líderes de las organizaciones separatista, que finalmente no estuvieron presentes en el acto "oficial".

Mas ha cumplido su promesa de convocar un referéndum independentista. Y lo ha hecho en presencia de Junqueras, camisa negra y corbata roja, que contempló la escena con un cierto aire de incredulidad. El proceso separatista ya no tiene marcha atrás. Mas ha activado el golpe contra la unidad de España.

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