Enrique Calvet Chambón figuraba como número cinco en la lista de UPyD las pasadas elecciones europeas, justo el primero de los puestos que no obtuvo representación. Tras el abandono de su escaño anunciado por Francisco Sosa Wagner le toca ocupar su puesto. En declaraciones a Es la tarde de Dieter en esRadio, Calvet ha dicho que el abandono de Sosa Wagner es una mala noticia para todos y "catastrófica" para UPyD. Calvet ha asegurado además que todavía quedan unos días para concretar la sustitución y que lo más seguro es que, tras consultar a su familia, acepte ser el nuevo eurodiputado de la formación magenta.
Calvet es otro de los críticos con la dirección de UPyD, que hace un mes lo destituyó como miembro de la Oficina de Buenas Prácticas. Como muchos otros dirigentes de UPyD se reencontró con la política tras la fundación de Ciudadanos en 2006. Calvet había militado en el PSP y luego el PSOE, que abandonó en los años ochenta. De allí viene su relación con el actual líder de UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, quien también pasó por el PSOE y por Ciudadanos.
En el partido de Albert Rivera Calvet fue el primer coordinador de la Agrupación de Madrid y presidente del Consejo General. Aunque llegó a tener una estrecha relación con Rivera, terminó dimitiendo de sus cargos y abandonando Ciudadanos por discrepancias. Pese a ello, siempre ha sido partidario del acuerdo entre UPyD y Ciudadanos. Una postura que ha tenido ocasión de matizar en los micrófonos de esRadio : "Hay que delimitar bien a qué tipo de acuerdo nos referimos. Por de pronto, en Bruselas hay mucho camino para trabajar juntos".
Calvet, apellido que hereda de su abuelo catalán, como orgullosamente recuerda, es licenciado en Literatura y Ciencias Físicas por las universidades de Madrid y Tolouse, y tiene un currículum con acreditada experiencia en recursos humanos y relaciones internacionales en diversas empresas públicas, entre ellas Astilleros. El ámbito europeo no le es ajeno, pues entre 1986 y 1991 fue miembro del Comité Económico y Social Europeo, órgano al que volvió en 2003. Casado, sin hijos, se confiesa fanático del Rugby "mi religión".