El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, asegura que "existe un riesgo cierto de que se genere un corredor yihadista desde el Atlántico hasta el Índico", en virtud del cual España "acabaría siendo frontera de movimientos islámicos extremistas que pondrían en riesgo nuestra seguridad".
En una entrevista en ABC, en la que García-Margallo dice sentirse "aliviado" tras lograr el objetivo de que España pueda sentarse de nuevo en el Consejo de Seguridad de la ONU, explica que, aunque "ahora los grandes retos del Consejo son el yihadismo y el ébola, en dos años haremos frente a acontecimientos que hoy ni sospechamos".
Convencido de que no se puede derrotar al Estado Islámico sin tropas en el terreno, el ministro opina que en la "lucha militar deben jugar un papel esencial las fuerzas de Irak, incluidas las milicias kurdas, los peshmerga y, si fuera necesario un esfuerzo de países diferentes, el protagonismo debe corresponder a los países de la Liga Árabe".
Sobre la crisis del ébola dice tener la "sensación de que nos enfrentamos a un fenómeno nuevo que no tiene una respuesta ensayada", de que hay "muchas iniciativas no coordinadas ni armonizadas entre sí", y de que "falta una disposición de lo que cada uno de los miembros de la comunidad internacional debe hacer en la lucha contra esta pandemia que tiene un carácter absolutamente global".
En cuanto a la gestión del ébola en España, apunta que "se están haciendo las cosas de forma muy sincronizada entre los diferentes departamentos", y que él no es "capaz de decir si se ha producido alguna disfunción".
También explica en la entrevista que en Europa no ha habido "ninguna sorpresa" por la renuncia del presidente catalán, Artur Mas, al referéndum separatista, "sino la constatación de lo que todo el mundo daba por hecho".