Cariacontecida y visiblemente afectada, Esperanza Aguirre ha dado una rueda de prensa en la sede del PP de Madrid en la calle Génova tras el escándalo de la operación Púnica, que ha supuesto este lunes la detención de varios alcaldes en la Comunidad de Madrid y del antiguo consejero y secretario general del partido en la región, Francisco Granados.
La popular ha mostrado ya desde su llegada a la sala su estado de ánimo –"buenas tardes por decir algo"- pero ha iniciado su intervención con fuerza, describiendo su "sentimiento de profunda vergüenza a la hora de presentarme ante los ciudadanos".
Aguirre ha explicado que "hace ya más de tres años que perdí la confianza" en Granados, pero ha matizado que "en ningún momento" tuvo sospecha alguna de que éste podía haber aprovechado sus cargos públicos para lucrarse indebidamente. "Si la hubiera tenido lo habría puesto en manos de la justicia, como he hecho siempre e hice en el caso Gürtel", ha señalado.
Aún así, ha asumido su responsabilidad política en el nombramiento y ha querido, explícitamente "pedir perdón a los madrileños y a los miles de militantes honrados" que el partido tiene en la Comunidad de Madrid. Aguirre ni siquiera ha querido oír hablar de presunción de inocencia: "Podría escudarme en la coletilla de la presunción de inocencia, pero sé que los ciudadanos están hartos de esas coletillas y que las consideran excusas, por eso no voy a hacerlo"
"Yo también estoy harta"
"Los ciudadanos –ha continuado Aguirre- están hartos del espectáculo de corrupción que vemos todos los días, y yo también estoy harta", ha dicho, mostrándose completamente dispuesta a "colaborar con la justicia para esclarecer" el caso en la medida que le sea posible.
La popular ha hecho una reflexión muy seria sobre cómo estos casos están afectando a su partido, recordando que cuando el PP "alcanzó triunfos en las elecciones municipales, autonómicas y generales de los años 90" fue, precisamente, "porque se presentó como un partido limpio", ha dicho, para concluir: "Fue nuestro máximo tesoro y lo hemos dilapidado".
Aguirre ha defendido que "la corrupción no sólo ha anidado entre nosotros", en referencia al Partido Popular, pero ha insistido en que los ciudadanos "necesitan un partido que defienda los principios liberales y conservadores que siempre ha defendido el PP" pero que "sobre todo" necesitan "un partido limpio que es o que tenemos que volver a ser lo antes posible".
Aunque se ha mostrado convencida de que "en el fondo hay muchos más políticos honrados que corruptos", Aguirre ha asegurado que el partido debe dar una respuesta contundente ante este y otros casos de corrupción: "Una vez que se sepa un poco más pediremos que dejen el cargo institucional inmediatamente", sin que esto suponga "prejuzgar si son culpables o no".
Aguirre además ha asegurado que en su opinión el PP debe personarse como acusación en este caso, aunque es algo que se debe consultar con los servicios jurídicos del partido.
También se ha mostrado convencida de que los imputados "por casos de corrupción" no deben formar parte de las listas, recalcando en cualquier caso que "la cuestión no es si se está imputado o no, sino si hay indicios racionales de corrupción, y en este caso los hay", ha dicho.
Además, ha pedido que caiga sobre los corruptos "todo el peso de la Justicia", porque "hay mucha gente que lo está pasando muy mal" y que "no pueden soportar" los casos de corrupción actuales. "Hay unos señores que se han llevado el dinero del contribuyente y quiero que la justicia caiga sobre ellos y que devuelvan el dinero", ha insistido.
Finalmente, Aguirre ha eludido criticar a la dirección nacional de su partido, respondiendo a los periodistas que le preguntaban por declaraciones de Rajoy o Cospedal que "no busquen que yo me dedique a criticar, sí quiero criticar pero a los corruptos, no a otras personas".