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Aguirre: "Cuando ardió el coche de Granados no se me ocurrió que fuera algo mafioso"

La presidenta del PP de Madrid dice, a propósito de la operación Púnica, que ha designado a cientos de cargos y sólo dos le han salido "rana".

En gira por los medios de comunicación, Esperanza Aguirre volvió hoy a meterse en la boca del lobo con una entrevista con Pepa Bueno en la Cadena Ser. El primer rejón le vino nada más empezar. "Esperanza Aguirre, buenos días, estamos en Gran Vía 32. ¿Cómo ha venido, dónde ha aparcado?", lanzó la entrevistadora. Aguirre le contestó que, como vive al lado, había ido andando. "Ah, no ha tenido que aparcar en ningún sitio, nos quedamos tranquilos".

La presidenta del PP de Madrid contestó rotunda a la prácticamente única pregunta que le quería hacer le periodista. Que "no, no y no" va a dimitir porque haya "unos sinvergüenzas y ladrones" cuando ella no se ha "llevado un duro" en 30 años dedicada a la política y cuando nunca ha favorecido a familiares o amigos.

"No me parece que sea el momento de abandonar el barco, cuando parece que se va a hundir", ha reiterado este jueves en una entrevista en la Cadena Ser, recogida por Europa Press. En este punto, la popular ha defendido que ella ya dimitió de la primera fila política, cuando el PP tenía mayoría absoluta en el Congreso y en la Asamblea de Madrid.

"No veo razón para dimitir", ha declarado para exponer que su "experiencia" le hace válida para lanzar una batería de seis propuestas para atajar la corrupción. Son prisión inmediata sin fianza para los cargos públicos acusados de corrupción; reducción de los tiempos de instrucción; cambios en la Ley Electoral para que el candidato esté más preocupado por la ciudadanía que por su designación; auditorías para los candidatos a un cargo; transparencia en las cuentas de partidos e instituciones y cambios en la Ley de Contratos eliminando el procedimiento negociado sin publicidad.

Aguirre ha asumido su responsabilidad política "in eligendo e in vigilando" pero ha matizado que "no es para dimitir". Otra cosa hubiera sido si "hubiera robado" o se "hubiera enterado de que alguien robaba", pero eso no sucedió.

En este punto ha expuesto que ha nombrado en treinta años de carrera política a "centenares de personas" y que sólo dos, Francisco Granados ('Púnica') y Alberto López Viejo (imputado en la trama Gürtel), le han "salido rana". "Me salieron rana y me traicionaron", ha lamentado. Los otros alcaldes de la trama Gürtel imputados, los de Pozuelo, Boadilla, Arganda y Majadahonda, ya eran regidores cuando ella llegó.

La 'popular' ha defendido que el fallo en su elección ha sido porcentualmente muy bajo, "un 2 por ciento" de error en una vida política de 30 años y ha añadido que "fallos se pueden tener" y que "uno se puede equivocar hasta en su matrimonio". También ha asegurado que ella no sospechaba ni sabía nada de los tejemanejes de Granados. "Es como cuando a alguien le ponen los cuernos. El cónyuge es el último que se entera", ha lanzado.

Aguirre también se refirió a las peripecias de Granados, en concreto a cuando le quemaron el coche. Aseguró que nunca se le ocurrió "que fuera algo lindando con lo mafioso", aunque ahora le recuerda a una escena de una película, concretamente "a la cabeza (cortada) del caballo del 'Padrino'". Aguirre ha explicado que cuando ocurrieron estos hechos --en el año 2006, siendo Granados consejero de Presidencia-- le dio "pena" y le pareció "horroroso".

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