En un primer momento, conocido ya el auto del juez Pablo Ruz, el equipo de Ana Mato quiso tapar la hemorragia con un comunicado de perfil técnico en el que se aseguraba que la ministra ni había cometido delito alguno ni conocía el origen de los negocios de Jesús Sepúlveda, su exmarido y epicentro de tormento personal. "Es más de lo mismo" y, por ello, la ministra “no tiene pensado dimitir por el momento”, según la respuesta oficial dada por Sanidad.
Pero ya a esa hora -antes de las tres de la tarde- todos los medios de comunicación tenían a Mato como primer titular y en Moncloa saltaron las alarmas. Así que, pese a que se había anunciado a los periodistas que el comunicado se haría público de forma inminente por parte de Sanidad, Presidencia optaba por pararlo en seco.
En paralelo, y según varias fuentes, la ministra se desplazaba a la Moncloa y, como en al menos una ocasión anterior, puso su cargo a disposición del presidente. Y Rajoy no dudó en sacrificar a Mato políticamente. Poco antes de las ocho de la tarde, se hacía público el documento definitivo que incluía el anuncio de dimisión además de responder al auto de Ruz.
"He decidido presentar mi dimisión como ministra de Sanidad, Igualdad y Servicios Sociales. No quiero, bajo ningún concepto, que mi permanencia en esta responsabilidad pueda ser utilizada para perjudicar al Gobierno, a su presidente ni tampoco al Partido Popular", se lee en el texto remitido por Mato a los medios. También agradece “especialmente al presidente” su confianza.