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El historial delictivo de Pakito, Santi Potros, Caride Simón y Plazaola

Los etarras están cerca de concluir los años en prisión que se les marcó antes de aplicarles la doctrina Parot.

Los etarras están cerca de concluir los años en prisión que se les marcó antes de aplicarles la doctrina Parot.

La Audiencia Nacional ha solicitado un nuevo cálculo de las penas de prisión que tienen que cumplir los terroristas de ETA Francisco Mújica Garmendia Pakito, Santiago Arrospide Sarasola Santi Potros, Rafael Caride Simón y Alberto Plazaola Anduaga, en un momento en el que los terroristas están a punto de acabar los años de reclusión que se les impuso antes del recálculo de la Doctrina Parot y tras la nueva directiva europea sobre el cumplimiento de penas en dos países.

Libertad Digital recopila el historial delictivo de estos cuatro etarras, que varía de los miles de años de prisión a los que fueron condenados altos dirigentes de la banda como Pakito o Santi Potros, responsables de la inducción de atentados indiscriminados hasta el relativamente pequeño currículum sangriento de Alberto Plazaola.

Francisco Mújica Garmendia "Pakito". Máximo dirigente de ETA entre 1987 y 1992, fue condenado a más de 4.500 años de prisión por diversos delitos relacionados con su actividad terrorista, entre los que se incluyen el asesinato o inducción al asesinato de 25 personas. Nacido en Ordicia (Guipúzcoa) en 1953, ingresó muy joven en la organización terrorista. No en vano, llegó a participar en algunas de las reuniones preparatorias de la denominada Operación Ogro, que acabó con el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco en 1973, por entonces presidente del Gobierno.

En 1974 entró a formar parte del Comité de Dirección de ETA y ese mismo año su nombre ya aparece en la investigación del asesinato de tres guardias civiles en Mondragón. Tres años más tarde, participó como miembro del grupo Zahara de la banda terrorista en el secuestro y posterior asesinato del empresario industrial Javier Ybarra y Berge. Llegó al número uno de ETA en 1989, tras las detenciones de Santiago Arrospide Sarasola "Santi Potros" y de José Antonio Urruticoechea, "Josu Ternera".

Al frente de ETA, organiza la estructura de mando con una especie de triunvirato, colocando a su lado a los terroristas José Luis Álvarez Santacristina "Txelis" y de José María Arregui Erostarbe "Fitipaldi", con los que conformó el denominado Colectivo Artapalo. Asimismo, configuró el grupo Argala de ETA, uno de los más sanguinarios de la historia de la banda, conformado por tres terroristas de orígen francés: Henri Parot, Jacques Esnal y Frederic Harambourne.

Fue detenido el 29 de marzo de 1992, en una operación conjunta de la Guardia Civil y la Gendarmería francesa en la localidad francesa de Bidart, donde no sólo cayeron los tres miembros del colectivo Artapalo, sino que también se descubrió el principal arsenal de ETA, su fábrica de armas y se desentrañó el sistema de financiación de la organización.

Santiago Arrospide Sarasola "Santi Potros". Condenado a más de 3.100 años de prisión, fue uno de los máximos dirigentes de ETA junto a José Antonio Urruticoechea "Josu Ternera" tras la expulsión de Francia del etarra Antxon Etxebeste y la desaparición del terrorista Txomin Iturbe. Su etapa al frente de la banda coincide con un periodo de varios atentados indiscriminados contra casas-cuartel de la Guardia Civil y contra centros comerciales. Fue detenido junto a Josu Ternera en Francia en 1989.

Nació en Lasarte (Guipúzcoa) el 2 de febrero de 1948, entre su historial criminal aparece el intento de asesinato del ex presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo (TS) Antonio Hernández Gil, ocurrido el 8 de mayo de 1986; dos intentos de secuestro; y su participación en la colocalición de un coche-bomba contra un microbús de la Guardia Civil que realizaba el relevo de la guardia en la prisión de Wab Ras, en Barcelona, que causó graves lesiones a varios agentes.

Como jefe de los pistoleros de ETA fue el responsable de ordenar matanzas como la cometida en el Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987, en el que fallecieron 21 personas (entre ellas varios niños) y otras 42 resultaron heridas; o el atentado con coche-bomba en la plaza de República Dominicana de Madrid, en el que doce guardias civiles perdieron la vida.

Rafael Caride Simón. Nacido en Vigo el 30 de enero de 1945, es parte del grupo de etarras que no son vascos de nacimiento y que se integraron en la estructura de la organización terrorista para acentuar su supuesta vasquidad pese a residir en el País Vasco fruto de la emigración de sus padres. No se tiene comprobada su integración en ETA hasta 1983, año en que huye a Francia para integrarse en las estructuras de la banda.

A mediados de los ochenta integró junto a Mercedes Ernaga Esnoz, Domingo Troitiño Arranz y Juan Ignacio Aguirre Lete el denominado grupo Barcelona de ETA. Con ellos participó, entre otros, en el atentado contra el cuartel de la Policía Nacional de Belchite (Zaragoza) en octubre de 1986 (un muerto y 14 heridos); atentado con coche-bomba contra la caseta de la Guardia Civil en el Puerto de Barcelona (un agente muerto y 20 personas heridas) en marzo de 1987; o el atentando con coche-bomba contra un vehículo de la Guardia Civil en la Avenida Meridiana de Barcelona (un transeúnte muerto y cuatro heridos, además de dos guardias civiles heridos).

Su acto criminal más importante fue la colocación de un coche-bomba en el aparcamiento del centro comercial Hipercor de Barcelona en junio de 1987. Fallecieron 21 personas (entre ellas varios niños) y otras 42 resultaron heridas. Precisamente, en los últimos años, tras mostrar su rechazo a la actividad criminal de ETA, se ha reunido con algunas de las víctimas de este atentado para pedirlas perdón por los hechos.

Alberto Plazaola Anduaga. Colaborador del grupo Araba de ETA, fue detenido en Francia junto a la veterana terrorista de ETA Carmen Guisasola, que en aquellos momentos era la responsable de los grupos de ETA compuestos por terroristas a sueldo de la banda, en noviembre de 1990. En el vehículo en el que viajaban ambos se encontró diversa documentación relativa a posibles atentados en Barcelona coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992.

Cumplió condena en Francia por asociación de malhechores, tras lo que fue extraditado a España, donde la Audiencia Nacional lo condenó en julio de 1997 a 46 años de prisión por dos delitos de asesinato frustrado y otro delito de estragos terroristas.

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