Tal día como hoy, 15 de diciembre, pero de 2006, Libertad Digital contaba en su portada que la policía de Miami detuvo a dos empleados de Alejandro Sanz por chantajearle con la venta a la prensa de la noticia de un hijo suyo que tuvo al margen de la relación del cantante con la modelo mexicana Jaydy Mitchel.
Los arrestados fueron el mayordomo y la mujer de éste y se les acusó de un presunto delito de extorsión y robo. Debido a ese chantaje, el propio Sanz comunicó unos días antes a los medios de comunicación que tenía un hijo de tres años llamado Alexander, fruto de una relación extramatrimonial con una "mujer totalmente ajena a la vida pública".
El músico que siempre ha querido preservar su "intimidad y vida privada", dijo que "ante el peligro de que aspectos íntimos de mi vida se vean quebrantados con infundadas especulaciones, opto yo mismo por comunicar lo que en realidad nunca he ocultado a mi entorno más cercano y es que soy padre orgulloso de un niño de nombre Alexander de tres años de edad nacido fuera de mi relación por todos conocida".
Alejandro Sanz aseguró que "si este hecho no ha transcendido antes fue por un deseo expreso de la madre, una mujer totalmente ajena a la vida pública, por proteger la intimidad de mi hijo y porque nunca he aireado mi vida privada". El cantante quería que "se sepa la gran satisfacción que supone" para él "tener este hijo, así como lo es tener" a su hija, "no deseando otra cosa sino que vivan y se críen felices con el cariño incondicional de sus madres" y del suyo. "Así como mantenerles ajenos a la curiosidad que por parte de personas malintencionadas pudieran tener por el mero hecho de ser mis hijos. Son niños, no lo olviden".
Cinco años más tarde y cuando Alejandro Sanz estaba a punto de ser padre por tercera vez, salió la noticia de que podría tener otra hija. Isabel Vázquez, una gaditana que entonces tenía 21 años, presentó una demanda de paternidad al artista ya que, al parecer, Sanz mantuvo un romance con su madre, Charo Berea, entres 1989 y 1990. La joven aseguró que cuando cumplió 18 años, su madre le confesó que el hombre que le había dado sus apellidos, no era su padre biológico y se casó con él poco después de que ella naciera.