Tanto Artur Mas como Joana Ortega e Irene Rigau pretenden obtener todo el beneficio político posible de la querella admitida a trámite por el TSJ de Cataluña por la celebración del referéndum del 9N. El presidente de la Generalidad casi se ha convertido en un mártir del nacionalismo mientras que Duran Lleida se ha inscrito en el colegio de abogados de Barcelona para defender a su correligionaria y vicepresidenta autonómica Joana Ortega.
Con un perfil más bajo, la consejera de Enseñanza, Irene Rigau, a la que se atribuye un presunto acto de desobediencia por la apertura de colegios e institutos para la votación ilegal, también quiere sacar partido de su condición de querellada.
Por el momento, ha decidido utilizar una de las urnas de cartón, que muchos dirigentes nacionalistas guardan como símbolo del 9N, para colocar dentro las figuras del Belén, sin caganer. Es una "original" estampa de Navidad, una manualidad a cargo de la propia consejera con la que ilustra su perfil en la red social Facebook, tal como se puede apreciar en su cuenta.