Llegaron a la Audiencia Nacional e hicieron las paces. Así puede resumirse las escena protagonizada por el humorista del programa de televisión La Tuerka, Facu Díaz –amigo del líder de Podemos, Pablo Iglesias-, y el presidente de la asociación Dignidad y Justicia (DyJ) Daniel Portero.
El primero debía declarar este jueves ante el juez Javier Gómez Bermúdez imputado por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo a raíz de una querella que fue presentada por la asociación de Portero en la Audiencia.
Sin embargo, la declaración apenas duró cinco minutos ya que el humorista y el presidente de DyJ decidieron hacer las paces.
A la salida del tribunal, Facu Díaz señaló que quería expresar su "solidaridad" con las víctimas y ha asegurado que nunca quiso "humillarlas" cuando hizo un vídeo de humor en el que comparaba al Partido Popular (PP) con la organización terrorista ETA y anunciaba el cese de su "actividad armada y la entrega de las armas".
"Es un 'sketch' que está situado en la semana de la operación Púnica y pretendía denunciar la corrupción en el PP", ha señalado antes de apuntar que "nunca va a faltar" su "solidaridad con cualquier víctima de cualquier tipo de terrorismo". "Prefiero explicarme todas las veces que haga falta antes de acabar en una situación como esta, que no es agradable para nadie", sostuvo el imputado.
Por su parte, Daniel Portero le pidió disculpas al humorista de La Tuerka por haber interpuesto la querella y explicó que lo hacía para preservar el honor de víctimas del terrorismo como José Antonio Ortega Lara, que pasó de las filas del PP a Vox y que fue secuestrado durante 532 días por el etarra Josu Uribetxebarria Bolinaga.
En consecuencia, el juez Bermúdez ha archivado de forma definitiva las actuaciones. En su auto, dictado este jueves, el magistrado señala que "sin hacer juicios valorativos sobre el buen o mal gusto de la escenografía usada o sobre el uso de algo tan terrible como el terrorismo para hacer un espacio de humor -lo que puede haber herido la sensibilidad de aquellos que lo han sufrido directamente con enorme dolor- lo cierto es que objetivamente el 'scketch' no integra el tipo objetivo y subjetivo del artículo 578 del Código Penal, debiendo concluir que la conducta objeto de investigación es atípica desde la perspectiva del delito de déscredito, menosprecio o humillación de las víctimas del terrorismo".