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Rajoy, ante Aznar: "¿Qué hubiera pasado en España sin un Gobierno del PP?"

El presidente del Gobierno promete menos impuestos en 2016 y saca pecho de que el país no se ha roto "ni por sus costuras sociales ni territoriales".

El presidente del Gobierno promete menos impuestos en 2016 y saca pecho de que el país no se ha roto "ni por sus costuras sociales ni territoriales".

José María Aznar inauguró la convención nacional preguntando "dónde está el PP" y si aspira "realmente" a ganar las elecciones. Y, ante él, Mariano Rajoy clausuró el cónclave con otros interrogantes bien distintos: "¿Ha habido, o no, un cambio en España desde que gobierna el partido? ¿Qué hubiera pasado en el país sin un Gobierno del PP?". Y reivindicó durante un largo discurso su hoja de ruta y su forma de gobernar; en clave económica, pero también en cuestiones no menos espinosas como el desafío separatista, la corrupción o la lucha contra el terrorismo. "¿Qué ofrecemos nosotros? Estabilidad, seguridad, moderación, Constitución, libertad e igualdad entre todos los españoles", proclamó en su defensa.

Las próximas elecciones son "decisivas, casi históricas" y el partido quiso ofrecer una imagen de unidad. Puede que endeble -pues, en privado, algunos sectores no esconden sus recelos hacia Rajoy-, pero en las primeras filas del auditorio estaba todo el PP sin excepción. El Consejo de Ministros, los líderes regionales, los alcaldes más importantes... y Aznar, sentado al lado de Elvira Fernández, la mujer del presidente.

Rajoy se presentó como salvador de la economía patria -"evitar el rescate ha sido el mayor logro social", dijo- y se reafirmó frente a quienes le acusan de no ser lo suficientemente contundente ante el pulso de Artur Mas. A su juicio, la consulta rupturista fue un "simulacro" y "simulacro" serán las elecciones anticipadas, que de plebiscitarias nada. "Nos anuncian una campaña publicitaria de nueve meses", se quejó, para alertar del "nuevo intento de engañar a los catalanes".

Pese a las pretensiones de Mas, el presidente prometió que no permitirá el desmembramiento de la nación. "No van a conseguir engañar a la ley", destacó ante una Alicia Sánchez Camacho respaldada como líder del PP catalán. Como también aseguró, pese a las dudas de las víctimas, que "siempre daremos la batalla contra el terror". De hecho, sus primeras palabras fueron de homenaje a Gregorio Ordóñez, asesinado hace ahora 20 años. "Las víctimas son nuestro aliento diario en la defensa de la libertad", quiso acercarse al colectivo.

En ningún momento Rajoy mencionó a Luis Bárcenas, el otro gran protagonista de la convención, pero la corrupción también tuvo su espacio. Y, como en el caso catalán o el del terrorismo, lo que hizo fue sacar pecho, en esta ocasión por las medidas emprendidas para acabar con esta lacra. Si bien, "me preocupa la realidad, que alguno de los nuestros no haya estado a la altura de las circunstancias". Y volvió a admitir que el PP "ha cometido errores" para, a renglón seguido, insistir en que "cuando se ha comprobado alguna conducta punible se ha intervenido con el nivel de exigencia que demanda la democracia". "En España no hay impunidad, las instituciones funcionan y las irregularidades funcionan. Los policías jueces y fiscales cuentan con más amparo que nunca", remató.

Menos impuestos en 2016

La economía ocupó la parte troncal de su intervención. "Ha habido un cambio", afirmó pletórico, poniendo como ejemplo que España y Estados Unidos son hoy los países que más crecen y la referencia del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Simple y llanamente: antes no se fiaban de nosotros y ahora sí (…) somos parte y protagonistas de la recuperación" pese a que "a algunos les ponga de los nervios".

En palabras de Rajoy, "no hablamos de macroeconomía sino de personas", y como plato fuerte avanzó una nueva bajada de impuestos en 2016, a la que sumar la que ya está en marcha. "Y no tengáis reparos en decir que entre el año pasado y 2015 se crearán un millón de puestos de trabajo", azuzó siendo ovacionado. "Vamos a remover piedra sobre piedra para conseguir la creación de empleo", animó al auditorio.

"Hay algunos que quieren prohibir el optimismo a los españoles pero no podemos rendirnos. Ni podemos volver atrás ni podemos dejar de avanzar", argumentó el presidente que, frente a las preguntas de Aznar, interrogó sobre "¿qué hubiera pasado en estos años sin el Gobierno?" e instó a "apreciar lo que hemos logrado y lo que se puede perder".

El peligro que supone Iglesias

Fue entonces cuando, hecho el diagnóstico de situación, alertó sobre lo que -a su juicio- podría suponer su salida del poder. España "no está para retrocesos ni para saltos en el vacío", en relación a sus rivales políticos -y en especial Podemos-. Utilizó un tono incluso dramático: "no podemos jugarnos nuestro futuro ni el de nuestros hijos a la ruleta rusa de la frivolidad o el populismo".

En otras palabras, "no podemos volver a asomarnos al precipicio", y tal cosa ocurriría con Pablo Iglesias. La crisis "no se resuelve con palabras mágicas ni con conjuros caribeños, a los problemas difíciles no se les hace frente con populismos". Y aún fue más explícito en su alerta sobre Podemos: "no es lo mismo dar doctrina en los plató de televisión" que dar la talla "en un Consejo Europeo".

"No hay ningún proyecto viable" al del Partido Popular, resumió. "Ni siquiera de quienes arruinaron a España", en referencia al PSOE. Como en todo el cónclave, Rajoy y los suyos apuntaron a Iglesias y dejaron de lado a Pedro Sánchez. Del líder de la oposición habló el presidente como si le diera pena: aunque "lo intenta", dijo, todo son "ocurrencias y peleas".

"Somos la única garantía"

El presidente planteó lo que viene como una encrucijada: "España está renaciendo" y Podemos y el PSOE ponen en riesgo el futuro de los españoles. "Somos la única garantía", y por ello reclamó una movilización histórica: "podéis salir a la calle y contar la verdad. Habéis reconducido al país y lo habéis sacado del agujero. Salid con la cabeza bien alta", trató de animar al partido.

Su balance es más que positivo, aunque recalca que no ha caído en el triunfalismo. España no se ha roto "ni por sus costuras sociales ni territoriales", por lo que apremió al PP a vender las bondades de la recuperación y no hacer caso al ruido. "No hagáis caso de lo que hablen, que de algo tienen que hablar". Rajoy pidió "hablar bien de España" y mostrar orgullo nacional: "nos quieren quitar la esperanza" pero "somos un gran país". Después, se volvió a hacer la foto con Aznar. A él le dedicó un mensaje más: "yo sé lo que es el PP".

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