Tal día como hoy, 2 de febrero, pero de 2014, Libertad Digital contaba en su portada que cinco activistas de la organización feminista radical asaltaron con el torso desnudo y al grito de "aborto es sagrado" al entonces presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, cuando iba a entrar en la parroquia de los Santos Justo y Pastor.
El incidente se produjo durante el breve recorrido entre el vehículo en el que se desplazó y la entrada del templo, momento que aprovecharon las cinco activistas de Femen para lanzar a Rouco varias bragas manchadas de rojo. Rouco consiguió entrar a la iglesia mientras las feministas, en cuyos cuerpos estaba escrita la palabra Femen, gritaron desde la calle "aborto es sagrado" con el puño en alto.
No fue la primera ni la última vez que defendían el aborto. En marzo de ese mismo año, cinco activistas también con el pecho descubierto irrumpieron en la marcha "Por la vida, la mujer y la maternidad". Las feministas aparecieron cuando la cabecera de la manifestación ya había llegado a la Puerta del Sol. Antes de que fueran reducidas por la Policía gritaron consignas como "Pro vida genocida".
En junio fueron más allá y se encadenaron a un crucifijo en el altar de la catedral de la Almudena de Madrid para reivindicar el derecho al aborto libre de las mujeres. Con el lema "libertad para abortar" pintado en su torso desnudo, las dos mujeres, ataviadas con una falda negra y una corona, se dirigieron al altar y se encadenaron al crucifijo mientras gritaban "el aborto es sagrado" y "aborto ilegal, tomemos el altar". Las dos activistas fueron detenidas y acusadas de un delito contra los sentimientos religiosos.
La primera vez que irrumpieron las feministas de Femen en España fue en octubre de 2013 cuando montaron el espectáculo en el Congreso de los Diputados. Allí tres jóvenes se quitaron la parte de arriba de la ropa cuando el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, tomaba la palabra y empezaron a gritar "aborto es sagrado". Durante el desalojo se vieron momentos de peligro al estar una de ellas encaramada a una columna en la tribuna de invitados.
Un mes más tarde irrumpieron en otra marcha por la vida que transcurría por la calle Alcalá. Las cinco miembros de Femen se pusieron delante de los antiabortistas para exhibir y gritar lemas como "mis normas, mi cuerpo" o "libertad para abortar". Varios de los participantes en la marcha se enfrentaron a ellas, las rociaron con un aerosol rojo y les gritaron "abortistas terroristas" antes de que los agentes de la Policía las redujeran.