La decisión de Tania Sánchez de abandonar Izquierda Unida tiene más consecuencias además de dar la puntilla a su ya expartido, que atraviesa una gravísima crisis en Madrid. Los escándalos de su gestión en Rivas, con los contratos concedidos a la empresa de su hermano mientras ella era concejal, llevaron al PP a presentar una denuncia contra ella por prevaricación ante el TSJM que podría haber conducido a su imputación.
La imputación habría complicado, y mucho, su futuro político como candidata de IU a la Comunidad de Madrid. Con la decisión de dejar el partido, Sánchez evita que una hipotética imputación la hubiera forzado a dimitir de un partido que no permite tener candidatos implicados en casos de corrupción.
Además, Sánchez también dejará su escaño, por lo que dejará de estar aforada. El caso pasará ahora a la justicia ordinaria, es decir, a un juzgado de primera instancia, lo que retrasará los plazos y evitará, posiblemente, que las medidas judiciales llegaran antes de los comicios de mayo.